Javier Lafuente

Hubo un tiempo en que la universidad fue un espacio de libertad, de espíritu crítico. Pero los centros catalanes en general, y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en particular, han decidido doblegarse a las exigencias de una Generalitat que ha convertido la cuestión lingüística en una nueva cortina de humo para tapar otras carencias que tienen que ver con la falta de financiación.

La UAB ha impulsado una campaña que acata las órdenes del Govern de incrementar el catalán en las aulas, cuya presencia era ya de por sí elevada. Pero parece que las consignas soberanistas mandan, y mucho, en la gestión de algunos rectores.