Pere Aragonès
No era necesario organizar un acto solemne en la emblemática sala oval del MNAC para visualizar que el independentismo está fracturado y que no hay hoja de ruta alternativa a la mesa de diálogo. Pere Aragonès quiso hacer balance del año trancurrido desde las elecciones autonómicas del 14F, pero su intervención se limitó a pedir unidad independentista ante un Gobierno español que, a su juicio, bloquea la negociación.
Como si no supiera desde hace tiempo que el PSOE nunca concederá la "amnistía" y la "autodeterminación". Haría bien el republicano en reconocer que la secesión cada vez tiene menos apoyos y que ya es hora de un punto de inflexión que regenere el irrespirable ambiente que ha dejado el secesionismo más radical.