Pere Aragonès
El Govern ha traspasado una línea roja muy delicada con la retirada de la acreditación de prensa al director de e-Notícies, Xavier Rius. Más allá del personaje y de todas las críticas que puedan merecer los periodistas que mezclan, o confunden, la posibilidad de ser notorios a título personal con la búsqueda de información, una Administración pública no puede cerrar las puertas a un informador de un medio de comunicación con el argumento de que es molesto y que no muestra el debido respeto a la institución. Más, cuando se intenta ser el abanderado de la libertad de expresión. Esta actitud es, precisamente, lo contrario.
Cada vez nos parecemos más a Polonia, y no precisamente en lo bueno, sino en esa versión carpetovetónica que tan bien reproduce TV3 y sus exabruptos; una actitud que desborda el amateurismo de nuestros gobernantes, continuamente desbordados por el monstruo que ellos mismos han creado.