Rafael Ribó
Es encomiable que el Síndic de Greuges investigue el trato recibido por un incapacitado, tratado como un okupa porque se resistió a abandonar el centro hospitalario y falleció cuatro meses después. Pero hubiera sido más eficaz que el defensor del pueblo actuara de oficio, sin esperar a que la familia presentara una queja. Para eso están este tipo de instituciones, para velar por el buen funcionamiento de las administraciones. Y, en este caso, varios medios de comunicación se hicieron eco de la versión del hospital.