Toni Cantó
¡Será por chiringuitos!
Yo creía que Madrid YA ERA la capital mundial de la lengua española, o que, por lo menos, competía con Miami por ese puesto. Pero Isabel Díaz Ayuso pensaba de otra manera y por eso se ha inventado la Oficina del Español, al frente de la cual ha colocado al célebre ex actor y maestro del transfuguismo político Toni Cantó, quien, en su tuit de agradecimiento por el chollo que le ha caído, ha conseguido la insólita hazaña de colar cuatro errores ortográficos en un texto brevísimo, sacando aún más de quicio a los que consideraban lo suyo (y lo de IDA) una muestra de jeta más que considerable.
Curiosamente, algunos de los que más se han rasgado las vestiduras aquí, en Cataluña, votan a partidos que siempre se han distinguido por colocar y recolocar a los suyos sin pararse en mientes (aún recuerdo la época en que CiU enviaba lo más inútil que tenía a TV3, donde se les asignaba un despacho en el que nadie sabía muy bien qué hacían, aparte de cobrar a fin de mes). Lo del señor Cantó es una cacicada, sin duda, pero no la única ni la más grave del panorama político español, rico en esta clase de burlas al contribuyente (a mí me resultan especialmente ofensivas las pensiones vitalicias de presidentes, presidentillos, subsecretarios y subsecretarillos).
¿Qué ha sucedido? Pues que IDA se ha venido arriba desde que arrasó en las elecciones madrileñas y considera que puede hacer lo que le salga de las narices. Como echarle una manita a ese chaval valenciano tan simpático al que, tras abandonar Ciudadanos en pleno hundimiento del barco, no hubo tiempo de dar de alta como madrileño para incluirlo en las listas del PP. Había que echarle algo. Y dado su brillante dominio de la ortografía española, nada mejor que ponerle al frente de la Oficina del Español (que estos del Cervantes, al parecer, no se lucen como debieran en la promoción de nuestro idioma).
El alcalde de Valladolid, que no puede soportar a Cantó, ha dicho que el hombre se va a tocar los huevos a dos manos a cambio de un sueldo notable. Pese a la evidente grosería de la forma, yo diría que el fondo es fidedigno. Sobre todo, porque el señor Cantó, cuando estaba en el partido de Inés Arrimadas, se pasaba la vida arremetiendo contra los chiringuitos y los chollos ajenos. Abandonada la interpretación (tampoco era un actor tan malo como sostienen algunos; puede que no pasara de correcto, pero peor es Mario Casas y ya ven lo bien que le van las cosas), el bueno de Toni se ha enganchado a la política cual garrapata, cambiando de partido e integrándose en uno al que ponía de vuelta y media hace cuatro días.
Bonito no es, pero la cosa tampoco da para escandalizarse en exceso si uno conoce mínimamente cómo funcionan los partidos políticos en nuestro bendito país. Dentro de poco, tendremos que recolocar a los héroes de la república recién indultados y algo les encontraremos, no lo duden. Y en ese momento, los mismos que ahora claman contra Toni Cantó, IDA y las trapisondas del PP callarán como muertos. Que me los conozco como si los hubiera parido.