Jordi Graupera
Siempre es buena la llegada de gente nueva a la política, personas con ganas de aportar ideas originales y aire fresco a partidos e instituciones habitualmente enquilosados. Así ha vendido Jordi Graupera su decisión de postularse para optar a la alcaldía de Barcelona.
Sin embargo, el investigador de filosofía política de la Universidad de Princeton no ha empezado con buen pie. En sus declaraciones públicas ha mostrado un punto de prepotencia y un tono de superioridad intelectual que no le ayudará en sus negociaciones para llegar a acuerdos con los actuales líderes independentistas de cara a formar una lista única, como pretende.
Tampoco parece que su pasado pujolista y su perfil liberal-conservador facilite los pactos con ERC ni con la CUP. Por no hablar de que, de momento, ha evitado entrar en detalles del proyecto que quiere para Barcelona: y es que su plan pasa más bien por utilizar la ciudad como nueva punta de lanza del secesionismo unilateral.