Bjarni Benediktsson
El gobierno islandés, que lidera Bjarni Benediktsson, dice que no quiere más turistas. Una proclama que recuerda al debate que actualmente se tiene en latitudes más meridionales y que, al igual que aquí, no va acompañada de medidas concretas. Loable el interés de cualquier país en proteger su entorno natural, pero una declaración de principios debe incluir propuestas. De lo contrario se azuza el fantasma de la turisfobia. Dicho de otra manera, al populismo lo carga el diablo.