Cuando Puigdemont criticaba el "ridículo" de Pilar Rahola
Pilar Rahola ha sido en los últimos años una de las principales correas de transmisión de Carles Puigdemont (JxCat) en la prensa catalana. La tertuliana, omnipresente en TV3 y otros medios de comunicación como El Nacional, RAC1 o La Vanguardia --donde acaba de ser despedida tras más de una década de colaboración-- mantiene una gran amistad con el expresidente de la Generalitat, a quien siempre invitaba a los banquetes en su residencia de Cadaqués, y al que ha seguido visitando tras su fuga a un palacete de Waterloo.
Sin embargo, hubo un tiempo en que la sintonía entre ambos distaba de ser buena. Así se refleja en un artículo publicado por el propio Puigdemont, cuando ejercía como periodista en el diario El Punt el 22 de marzo de 1998. En el mismo, el por aquellas fechas joven militante de CiU, criticaba con dureza a Rahola, que a su vez era concejal en el Ayuntamiento de Barcelona y diputada en el Congreso con ERC.
Del "esperpento"...
El artículo en cuestión llevaba por título Carxofes --"Alcachofas"--, y en el mismo Puigdemont cargaba sin contemplaciones contra Rahola por su afán de protagonismo: "La irresistible atracción que Rahola siente por las alcachofas --término que en el argot periodístico define los micros de las radios y las teles-- la puede llevar, si no la ha llevado ya, al ridículo y al esperpento", espetaba el prófugo.
Puigdemont también se mofaba de la entrevista que Rahola había concedido a la revista Playboy --"no como chica del mes", decía--, por sus comentarios sobre "las costumbres y tendencias de sus colegas parlamentarios".
... A los "machos extremeños"
"Asegura que el Parlamento español está lleno de machos extremeños (?), la labor de los cuales consiste en ligar (¿con ella?). Lo ignoro, pero por informaciones de compañeros que son veteranos cronistas parlamentarios, ligar con Rahola es prácticamente imposible. Dedica tanto tiempo a buscar alcachofas que se olvida de pasar por el Congreso con suficiente periodicidad para posibilitar ningún intento de contacto extraparlamentario", sentenciaba Puigdemont en su artículo de hace casi un cuarto de siglo.