Mediapro se oxida
Mediapro se oxida, y no es una metáfora. El grupo audiovisual ha aprovechado el parón obligado por el estado de alarma para acometer unas obras en la fachada de su polémica sede en el número 177 de la avenida Diagonal de Barcelona. Los trabajos han consistido en el cambio de materiales en el revestimiento exterior general de la compañía, cuya cabecera es Imagina, nombre que figura en la sede, junto a la bandera de Cataluña y una gran pantalla con el tesoro que ha aupado al conglomerado fundado por Jaume Roures y Tatxo Benet: las retransmisiones deportivas.
Fuentes internas no oficiales del grupo han explicado que las obras buscan solucionar uno de los problemas del edificio: acabar con el aspecto aherrumbrado de la fachada de la sede corporativa. Por el momento, los operarios ya han finalizado la fase uno de los trabajos. Ahora empezarán a cambiar los revestidos de la fachada posterior del inmueble.
Los trabajos en la sede de Mediapro en Barcelona no tendrían mayor enjundia --salvo por llamar la atención en una de las arterias runner de Barcelona, la avenida Diagonal-- si no hubieran coincidido con una controversia: los favores del Ayuntamiento de Barcelona al grupo audiovisual de Jaume Roures.
Uno de éstos fue buscar el pago de una deuda de 3,5 millones de euros que acumuló Mediapro con la corporación desde que ocupó el edificio en 2004 de una forma sui generis: la venta directa a un fondo de inversión luxemburgués: Hines European Value Fund SARL, una filial en el Gran Ducado del gigante tejano, salpicado por anteriores casos de corrupción urbanística en Barcelona.