Mosso 'indepe', pero poco
El relevo de la cúpula policial en Cataluña se hizo a las puertas de las vacaciones. Por ello, el interés por el relevo de Ferran López, que asumió la jefatura de los Mossos d’Esquadra durante la aplicación del artículo 155, dejó en segundo plano otras represalias independentistas.
Y es que junto a López, que se vio obligado a dimitir en contra de su propia voluntad, fue sacrificado el comisario Joan Carles Molinero, hasta ahora número tres de la Policía Autonómica y que fue nombrado responsable de Movilidad. En su caso concreto no se puede alegar “colaboracionismo” con el Estado, un término que rechazan la mayoría de los agentes, quienes agradecen a Ferran López que mantuviera el buen funcionamiento del cuerpo. Quienes conocen Molinero saben de su proximidad ideológica al independentismo. Pero, por lo visto, esa postura de cercanía política no era suficiente. “Molinero siempre ha sabido separar su profesión de su ideología política”, afirman fuentes policiales.
Sonó como sustituto de Josep Lluís Trapero, procesado por el referéndum del 1-O, pero le ganó la partida Miquel Esquius.
Hasta ahora Molinero, licenciado en Criminología y que ingresó en los Mossos en 1984, estaba al frente de la Comisaría Superior de Coordinación Central. Experto en inteligencia tuvo un papel decisivo en la respuesta policial a los atentados yihadistas cometidos el 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils.