El Barça de basket ni seduce ni aborrece. El equipo de Roger Grimau apuesta por un baloncesto desenfadado, veloz y directo pero le falta calidad y, sobre todo, intensidad. Especialmente, en defensa. Tercero en la Liga ACB, a cuatro victorias del Real Madrid y Unicaja, se enfrentará a Olympiacos en los cuartos de la Euroliga. El desenlace del curso es muy incierto, pero el manager general, Juan Carlos Navarro, no está satisfecho con el rendimiento de siete jugadores. Más de uno, y de dos, no seguirán la próxima temporada.
El fichaje de Ricky Rubio, muy celebrado por Grimau y la afición del Barça, ha tenido un impacto muy negativo para Rokas Jokubaitis. El futuro del base esloveno pasa por la NBA y su protagonismo en el equipo es cada vez más secundario. El jugador, de 23 años, no ha dado el esperado salto de calidad. Ello complica tanto su continuidad en el Barça como su acceso a la liga nortemaricana.
Satoransky, en horas bajas
Más preocupado está Navarro con el rendimiento de Tomas Satoransky, un base con experiencia NBA que sigue sin mejorar su actitud defensiva. Grimau está molesto con su rendimiento, demasiado intermitente, con muchas lagunas en la dirección.
Otro jugador de perímetro que debe mejorar es Nikola Kalinic. El alero serbio es un jugador muy competitivo, muy intenso, pero parece colapsado en ataque. El 30 de junio acaba contrato con el Barça y cada vez parece más difícil que prorrogue su compromiso con el club azulgrana.
La antigua estrella del Joventut
Joel Parra, también alero, es un jugador con más futuro que presente. En el Joventut era la gran referencia y en el Barça sigue sin encontrar su rol. Apenas promedia 6,4 puntos por partido y Navarro espera que se suelte. Que se lo crea. El Barça le necesita por su versatilidad y solvencia bajo los aros.
Sí ha mejorado, pero tal vez no suficientemente, Willy Hernangómez, uno de los jugadores con más talento del Barça. En ataque, el pívot madrileño es muy fiable, con una media de 13,2 puntos por partido, pero en defensa es muy blando y Grimau se las tuvo con el jugador hace unos meses. Fue tal la crisis que Navarro le envió un mensaje contundente: "Hay actitudes dentro y fuera de la pista que no se pueden justificar".
Dos actores muy secundarios
Navarro también esperaba que James Nnaji, un pívot muy atlético de 19 años, que la próxima temporada también podría jugar en Estados Unidos. Tampoco seguirá Oriol Paulí, un jugador más defensivo que ofensivo, que llegó al Barça por sus limitaciones económicas. En el último partido contra el Asvel Villeurbanne, sin nada en juego, participó y sumó 9 puntos en 12 minutos pero Grimau no confía en él.