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El Barça de basket es una montaña rusa. Capaz de lo mejor y lo peor, este miércoles en el Palau Blaugrana el equipo entrenado por Roger Grimau decidió dar una lección de orgullo, clase y coraje para imponer su baloncesto sobre el mejor equipo de la temporada en la Euroliga, el Real Madrid de Chus Mateo. 

Tras una racha abominable, de tan solo tres victorias en los últimos 10 partidos, los azulgranas sumaron la cuarta ante el eterno rival (83-78). Lo avisaba Grimau en la previa cuando advertía que el Real Madrid era el mejor contrincante posible para salir de la crítica situación en la que se encontraban. Los jugadores recogieron el guante del entrenador, demostraron estar a su lado y respondieron como jabatos. 

Paulí juega fuera de la cancha 

Una buena muestra de la unidad del vestuario quedó registrada tras el partido. La afición jaleaba rendida a sus nuevos ídolos y los propios jugadores, muchos de los cuales lo han pasado mal estas últimas semanas, se congregaron en la pista y se dirigieron a un sector de la grada. Con el inédito Oriol Paulí como maestro de ceremonias --asumiendo un rol muy similar al que en años anteriores tenía Pierre Oriola--, los jugadores empezaron a cantar la canción, ya emblemática, Un dia de partit

Jabari Parker intenta una internada a canasta contra el Real Madrid en Euroliga EFE

Paulí cantaba primero y el resto le seguían. Pero no solo jugadores, también aficionados. Especialmente, el sector de la hinchada a la que se dirigían los jugadores con sus cánticos: Els Dracs. Un colectivo de animación específico del Palau Blaugrana, con una historia que se remonta a 1991, cuando apoyaban al Barça en el Camp Nou y que, en su evolución, se volcó completamente en el apoyo a las secciones del club; esas que a menudo parece descuidar el presidente Joan Laporta. 

Momentazo con los Dracs 

En ese momento de euforia colectiva fue cuando una de las nuevas estrellas del Barça de basket dio rienda suelta a la alegría que sentía y se desplazó a la grada. Fue Jabari Parker, autor de 10 puntos y un 14 de valoración ante el Real Madrid. Un jugador que fue discutido desde el primer día y que todavía deja signos de una peligrosa irregularidad, pero que cuando tiene el día verlo jugar se convierte en un auténtico espectáculo. 

Presa de esa euforia colectiva que antes citábamos, Parker dejó la pista, saltó la valla de acceso a la grada y subió hasta la ubicación de los Dracs para mezclarse con ellos. Jabari cantó junto a ellos al ritmo que dictaba Oriol Paulí, mientras botaba como un hincha más, saboreando la emoción de una rivalidad única como la que representa el Barça-Madrid. Al terminar, saludó a los miembros de los Dracs de forma deportiva, amable, entre sonrisas, y regresó al lugar que le corresponde: el vestuario. 

La gran frase del MVP 

Fue un momento emotivo, mágico incluso, porque simbolizó la unión del Barça de basket representada por los jugadores y la afición, pero sin olvidar el papel clave del staff técnico, con Grimau a la cabeza, y de la dirección deportiva, con el mítico Juan Carlos Navarro al mando y completamente implicado para la causa. La simbiosis fue total y debe suponer un punto de inflexión para consolidar a un equipo con mucho talento pero menos confianza. 

Jan Vesely, pletórico tras exhibirse contra el Real Madrid en Euroliga EFE

Jan Vesely, que fue la verdadera estrella de la noche con 27 puntos y 28 de valoración, dejó una frase muy significativa tras el encuentro que debe servir para construir: "Hoy nos hemos enseñado a nosotros mismos lo que podemos hacer, cómo debemos jugar". Ahora solo falta que se lo crean y sean capaces de aplicarlo más a menudo. Y Grimau tiene que ser clave en transmitir, mantener o elevar la confianza a sus jugadores. Porque han demostrado que cuando están bien mentalmente, son un equipazo. 

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