Los errores que debe subsanar el Barça de Flick para volver a la senda de la victoria contra el Brest
- El cuadro azulgrana ha bajado su nivel en las dos últimas jornadas de Liga, después de golear a Bayern y Real Madrid
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Partido trampa. En la Champions League, no hay ninguna noche fácil. El nombre del Brest no intimida. Sí los resultados del equipo: tres victorias y un empate. Cero derrotas. Es el cuarto clasificado de los 36 equipos que conforman la Copa de Europa. Si el Barça peca por un exceso de confianza, lo pagará caro. Ya sabe que no puede ir a medio gas.
Quedó demostrado tras el encuentro contra la Real Sociedad en Anoeta (1-0) y el partido contra el Celta en Balaídos (2-2). Esta vez, jugará en casa. La jornada europea debe servir para revertir la dinámica. Hansi Flick no pasa una por alto y ya echó su primera gran bronca al vestuario en Vigo. No le temblará el pulso. Para ello, el Barça debe aprender de los errores.
La línea
El primero, el de tomar riesgos innecesarios. El equipo azulgrana es un conjunto que tira la línea muy arriba. Pero debe saber cuándo hacerlo. Los once jugadores deben funcionar como un engranaje. Si una pieza se detiene, afecta a las demás y todo falla. Anoeta y Balaídos fueron la viva imagen.
Iñigo fue autocrítico en la previa del Barça-Brest. "Ha habido momentos en que la línea estaba más adelantada de lo normal teniendo en cuenta el momento del partido", reflexionó. "A veces la hemos tirado incluso demasiado. Sino, es un suicidio. Es mejor mantenerse dos metros más atrás", concluyó tras apuntar a los delanteros.
La gran arma
Y es que la línea defensiva debe ser capaz de analizar cuando se está haciendo bien la presión. Y quienes la empiezan son los delanteros: "Más que cogernos la espalda el problema es cómo se presiona y a qué intensidad". "Nos equivocamos cuando siempre estamos en el mediocampo. Tenemos que estar ahí cuando estamos presionando bien", añadió Martínez.
El Barça no ha presionado bien en los dos últimos partidos. Y esa es la gran arma del equipo de Flick. Es letal cuando roba arriba. Pero los delanteros tienen que estar enchufados. Todo empieza con ellos. Lamine Yamal era de los que mejor lo hacía, pero no estará contra el Brest.
Salida de presión
Las molestias en el tobillo continúan. Otro error a corregir es el posicionamiento de los jugadores. Lamine ordenaba al equipo. Fijaba a su defensor casi en la línea de cal. Ello abría espacios a los de dentro. Además, con su capacidad para inventar y superar rivales, suponía una gran ventaja cuando recibía.
El Barça debe hallar a otro futbolista para ocupar la posición de extremo derecho. Los centrocampistas casi ni intervinieron contra el Celta. Pedri estuvo completamente desaparecido, ubicado en tres cuartos de campo, con un Gavi más cerca de Marc Casadó. El centrocampista catalán asumió casi toda la responsabilidad de sacar al equipo del bloque bajo.
Raphinha actuó casi como acompañante de Lewandowski. Y Dani Olmo se posicionó como extremo izquierdo. Allí, el mediapunta egarense perdió mucho protagonismo y la brillantez que le caracteriza. Estuvo fallón, como todos los mediocentros.
Exceso de relajación
Aunque, cuando las cosas no salen, hay algo que es innegociable. Hansi Flick no tolera relajaciones como la que tuvo Jules Koundé en Vigo. El Barça ha bajado el pistón desde que goleó al Bayern de Múnich y al Real Madrid. Antes, iba siempre al doscientos por cien.
Flick sabe que el equipo es muy joven y tiene mucho margen de mejora. "Tenemos que aprender y jugar mejor. La calidad de los jugadores es muy alta", mencionó en la previa del Barça-Brest. "Tenemos que aprender de los errores. Cuando ganamos 2-0, con una tarjeta roja, tendríamos que defender mejor", advirtió.
La clave para recuperar la mejor versión será "eliminar errores". Y recuperar la actitud de un equipo ambicioso. "A lo mejor pensábamos que era fácil ganar, pero no lo es", criticó Flick tras el empate en Vigo. Fácil y sencillo: "Si no juegas al cien por cien, no puedes ganar. Simplemente es eso". El Barça se ha creído el mejor equipo. En noviembre.