Líderes al parón. El Barça de Hansi Flick empieza a carburar. El primer gran partido del técnico alemán en el banquillo azulgrana tuvo como víctima al Real Valladolid. Si bien es cierto que Valencia, Athletic y Rayo se libraron de encajar más goles, el equipo de Flick devoró a los pucelanos (7-0). El entrenador teutón está empezando a crear un Barça reconocible, del que se pueden sacar siete virtudes muy marcadas.
La primera es la presión. El equipo vuelve a presionar como antaño. No se entiende un Barça ganador sin una presión asfixiante tras pérdida. Clave para ello ha sido el ajuste táctico de Flick. Robert Lewandowski ya no defiende en primera línea. Inician la presión otros futbolistas. Mayoritariamente, Raphinha.
Juntar al equipo
Flick es un entrenador muy sereno, a la par de que atrevido. Para ejercer esta presión de manera acertada es indispensable asumir riesgos. El Barça de Xavi Hernández quedaba dividido en el terreno de juego. En cambio, con Flick los centrales se sitúan, como mínimo, en el centro del campo, con todos los futbolistas en campo rival. Así es más fácil robar el balón. Flick ha juntado al equipo.
La tercera maravilla es la posición de los futbolistas sobre el campo. Sobre el papel, el esquema puede parecer un 4-2-3-1. Con el pitido inicial, esto se desvanece y Raphinha juega a caballo entre la banda izquierda y el centro. Dani Olmo ocupa el interior derecho. Pedri el izquierdo, escalonado un poco más abajo. Todo tiene un sentido. Flick, realmente, está aplicando el mítico 4-3-3 azulgrana.
Bandas de verdad
El Barça ha recuperado las bandas. Tiene amplitud y profundidad. Por un lado, Raphinha entre con sus desmarques hacia dentro. Y Alejandro Balde estira al equipo sin parar. Por el otro, Lamine Yamal genera peligro con el balón en los pies. Es uno de los mejores extremos del mundo, sino el mejor.
Con un buen posicionamiento, una gran presión, el equipo asentado en campo rival, las triangulaciones son más fáciles. El Barça de Flick ha recuperado la capacidad de generar peligro en espacios reducidos. Combina rápidamente y sale jugando desde la portería de Ter Stegen. En la medular, con la técnica individual de Pedri y Dani Olmo, todo es más fácil.
Bienvenido de nuevo
La sexta maravilla, de hecho, es el fichaje de Dani Olmo. El mediapunta de Terrassa es el enlace perfecto entre los atacantes y el resto de jugadores. Tiene capacidad para girarse con controles orientados, recibir de espaldas, disparar desde fuera del área, driblar, combinar... La apuesta de Deco y Hansi ya lleva dos goles.
Por último, se lo ha ganado a pulso, hay que mencionar a Raphinha. La mayoría colocábamos al futbolista azulgrana pegado a la línea de cal por la izquierda. Flick ha visto a un jugador con siete pulmones, incansable en el esfuerzo. De ser un jugador discutido ha pasado a ganarse a la afición. Flick ha recuperado al mejor Raphinha, que no es un brasileño al uso, sino un portento en presionar, desmarcarse y con la capacidad de meter cada temporada 10 goles y dar 10 asistencias.