Los malos presagios sobre Ronald Araujo se confirmaron en su regreso a la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Los servicios médicos del FC Barcelona aguardaron al esperado momento para hacer una rápida revisión al central uruguayo, que sufrió una nueva lesión muscular durante la disputa de la Copa América. El resultado fue el esperado, con el futbolista obligado a pasar por el quirófano para tratar de romper una dolorosa maldición.
En los últimos cuatro años, el internacional con Uruguay ha sido azotado por las lesiones musculares. Más de 330 días de baja por ese tipo de problemas físicos. Aunque la cifra seguirá creciendo por los cuatro meses de recuperación que necesitará por la operación del tendón del isquiotibial del muslo derecho. El origen de la maldición de Araujo tiene muchas explicaciones, aunque la más sonada es su estilo de juego como central.
La condena de Araujo
Culemanía contactó con el doctor Miquel Llobet, especialista en traumatología, para conocer las diferentes causas que explican el largo historial de lesiones musculares de Ronald Araujo. En este sentido, uno de los grandes problemas que incitan las recaídas del central sudamericano es su estilo defensivo tan marcado: disputas a campo abierto, largos recorridos y agresividad en los duelos. En otras palabras, mucho desgaste muscular en cada partido.
"Desde luego, su tipo de juego predispone a este tipo de lesiones. Es un tipo de jugador que cubre mucho terreno y va a por todas. Su estructura muscular también afecta. Aunque no es la única causa, debido a que hay muchos jugadores que comparten las mismas características de Araujo", relata Llobet a Culemanía.
De acuerdo con la citada fuente, el físico de Ronald Araujo no está logrando responder acordemente a la enorme exigencia de ese estilo defensivo. El propio central uruguayo se expone constantemente a una manera de jugar que supera por completo su estructura muscular. Es una situación irónica, teniendo en cuenta que esas características son las que le permitieron asentarse como titular en el FC Barcelona.
¿Cambiará su juego?
Una de las preguntas que se hace el barcelonismo con las lesiones musculares del zaguero es si tendrá que cambiar su forma de defender para evitar más recaídas. El especialista explica lo siguiente: "Es muy probable que deba adaptarse. Aunque tenemos muchos ejemplos históricamente de jugadores que han sufrido lesiones musculares, como Ousmane Dembelé. Desde que se fue del Barça ya no sufre de lesiones".
Ronald Araujo realiza un remate acrobático en un entrenamiento del Barça
En el horizonte de Ronald Araujo aparecen dos soluciones para romper con la maldición: adaptarse a un ritmo físico inferior para protegerse físicamente o seguir un plan más específico con el FC Barcelona. Llobet asegura que todavía hay tiempo para evitar que el uruguayo cambie su estilo de juego, aunque de ello depende del trabajo que se haga en el club azulgrana.
"Es necesario que se haga un estudio muy profundo de su cuerpo para establecer un tratamiento que incluya la alimentación, entrenamiento, descanso y número de partidos. Existe una particularidad propia de cada jugador, que depende de su anatomía y su estructura de la fibra muscular, y que puede predisponer o no a las lesiones musculares", argumenta el traumatólogo.
Larga recuperación
Llobet también ha explicado a Culemanía que la decisión de operarse es lo mejor que puede hacer Araujo en estos momentos tan complicados. "Si el tendón se ha desenganchado de la pelvis, hoy en día lo mejor es volverlo a insertar. Eso fue lo que hicieron Dembelé en Finlandia, y ahora puede ser mejor o peor jugador, pero la realidad es que ya no se lesiona", añade.
Ronald Araujo señala una jugada en el Barça-Valencia de Montjuïc
El panorama de Araujo es complicado. Pasar por quirófano es un paso importante para estar a las órdenes de Hansi Flick en la temporada 2024-25, aunque el proceso de la recuperación es lo que puede marcar la diferencia con respecto a la posibilidad de frenar el largo historial de problemas físicos. Hasta ahora, el charrúa suma siete lesiones musculares en menos de cuatro años. Una cantidad preocupante que limita el techo de su talento.