La temporada del FC Barcelona se puede dar por finalizada. Todavía queda una fecha en el camino del equipo dirigido por Xavi Hernández, pero lo cierto es que los puestos más importantes de la Liga ya se han definido en la penúltima jornada, incluyendo el subcampeonato de los azulgranas. Con la victoria (3-0) ante el Rayo Vallecano, el elenco culé cierra un año que ha estado cargado de una gigantesca inestabilidad, tanto en lo deportivo como en lo institucional.
El curso anterior, el Barça logró conquistar la Liga y la Supercopa de España. No fue un equipo brillante en lo colectivo, pero sentó las bases para crecer en el siguiente año. Había motivos para creer en una progresión. Aunque el desenlace fue diferente, sobre todo por el irregular trabajo de Xavi en la estructura colectiva. En lo institucional tampoco ha sido una temporada para tirar cohetes, debido a que la gestión de Joan Laporta ha empezado a generar opiniones contrarias --y contundentes-- entre los aficionados.
Sin embargo, en ese contexto tan complejo ha vuelto a surgir la Masía como uno de los pilares más fuertes de toda la institución. En un año de más sombras que luces, la estructura de la cantera del FC Barcelona se ha erigido como la guía del proyecto azulgrana. Numerosos futbolistas de un gigantesco potencial que se han asentado en el primer equipo y que representan esa cuota de ilusión que requiere el barcelonismo.
La Masía al poder
Los conocidos casos de Lamine Yamal --cumplió 50 partidos con el primer equipo-- y Pau Cubarsí son los suficientemente fuertes como para dar la temporada del Barça como positiva. Son dos futbolistas con un techo tan alto, teniendo en cuenta que ambos han demostrado su valía en los escenarios más complicados. Tanto en la Liga como en la Champions League. En tan solo un semestre, los canteranos consiguieron asentarse de forma definitiva en el once de gala de Xavi Hernández.
Aunque ambos acaparan la mayoría de los focos, lo cierto es que tampoco se deben pasar por alto los casos de Fermín López y Héctor Fort. Estos jugadores no están --al menos por ahora-- en la misma línea del potencial de sus compañeros, pero igualmente evidenciaron que tienen la capacidad suficiente para ser perfiles de una gigantesca utilidad en el FC Barcelona. El ejemplo de Fermín es el más claro de todos, debido a que ha logrado sumar un total de 10 goles entre todas las competiciones.
Lo verdaderamente resaltable es que todos los futbolistas han logrado brillar en un contexto tan irregular como lo es el Barça. Solo en determinados partidos se ha visto a Xavi ofrecer un ecosistema que permita a sus dirigidos contar con una estructura que les respalde, por lo que en la mayoría de los encuentros han tenido que hacer un esfuerzo extra. Sin dejar de lado la inestabilidad en el banquillo provocada por la poca claridad del entrenador y el presidente en los últimos meses, siendo un asunto que no ha ayudado al vestuario a aislarse de todo el ruido mediático.
Sin casi estabilidad
Actualmente, el FC Barcelona se aferra como nunca a la Masía por la inestabilidad que se ha visto en casi todas las áreas del club. La gestión tan polémica de Laporta sobre el banquillo del primer equipo no es lo único que ha provocado malestar entre los aficionados y la masa social. La prueba de ello es que en los últimos partidos en casa algunos hinchas han entonado el "Barça sí, Laporta no".
Algunos socios abonados expresaron a Culemanía que la gestión de los temas sociales "es un desastre", especialmente porque existe la percepción de la preferencia de los altos mandos a los turistas. Tampoco hay que pasar por alto el reciente escándalo de los avales de la junta directiva, que trae sobre la mesa un potencial conflicto de intereses por tratarse de un dinero que recibieron de una empresa colaboradora del Barça, como es el caso de ISL. Mucho menos la ola de salidas que se han dado a lo largo de la temporada de directivos y ejecutivos en la entidad culé.
Un cóctel explosivo que amenaza con tambalear mucho más el proyecto del FC Barcelona. Lo institucional ha quedado a deber en varios sentidos en la 2023-24, aunque se aferran más que nunca a que las nuevas joyas de la Masía han dado la cara por el club para mantener viva la ilusión en una buena parte de la ilusión. Sin embargo, la junta de Laporta necesitará un cambio radical en el siguiente curso para evitar que el descontento aumente hasta el punto de una potencial moción de censura.