El entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, volvió a ceder ante sus impulsos en el partido contra el PSG. El staff del técnico egarense se cargó de tarjetas tras sus airadas protestas en la segunda parte. En la tónica de esta temporada 2023-24, el míster del primer equipo y el resto del cuerpo técnico terminaron desquiciados. El banquillo azulgrana suspende en el control de las emociones. La viva prueba de ello, la expulsión de Xavi, del preparador de porteros y la cartulina amarilla a Óscar Hernández.
El estratega egarense coleccionó su tercera tarjeta roja en la presente campaña. La primera tuvo lugar en Getafe, durante la primera jornada de Liga. La segunda, en el Wanda Metropolitano. Xavi estalló contra la tripleta arbitral del Atlético-Barça tras un cúmulo de protestas in crescendo, suscitadas por varias decisiones del colegiado. Primero, Ilkay Gundogan sufrió un agarrón de Pablo Barrios que quedó impune. Posteriormente, el árbitro señaló una falta al volante alemán que provocó los aspavientos del míster.
Tres expulsiones de Xavi
Una nueva infracción pasada por alto por el trencilla desencadenó las enésimas protestas y la tarjeta amarilla de Xavi. El enfado alcanzó el punto álgido tras un robo de Pau Cubarsí a Marcos Llorente en la frontal del área, acción anulada por un fuera de juego. El técnico catalán se desgañitó hacia el cuarto árbitro y el colegiado le mostró la cartulina roja antes del descanso.
La mecha del estratega de Terrassa se prendió con más lentitud en Montjuïc durante el último revés europeo. Pero el autocontrol se fue al traste a raíz de la expulsión de Ronald Araujo ante el PSG. De ahí en adelante, la espiral de decisiones arbitrales controvertidas hizo el resto. El segundo gol parisino, obra de Vitinha, colmó la paciencia de Xavi, que explotó. Un lance entre Frenkie de Jong y Zaïre Emery castigado con falta para el mediocentro neerlandés hizo volar por los aires una valla publicitaria.
En el minuto 56, delante del cuarto árbitro, la leyenda culé le propinó una patada a los enseres de la Champions. El colegiado Istvan Kovacs le mostró la roja directa. Durante la rueda de prensa posterior con los ánimos más calmados, Xavi reconoció que "ha sido un error mío la expulsión. Entono el mea culpa". En una fecha tan señalada, el míster incurrió de manera reincidente en su particular pecado: la impulsividad.
Un 'staff' gruñón
No transmitió la tranquilidad necesaria a los jugadores ni... al staff. José Ramón de la Fuente, histórico preparador de porteros desde 2012, le siguió el camino a los vestuarios más tarde, indignado con el equipo arbitral. No fue el caso de Óscar Hernández, ayudante y sustituto en ausencia de su hermano, que aun así vio una tarjeta amarilla. Sergio Alegre quedó limpio de toda sanción. Pero ninguno de ellos se ha librado esta temporada.
Empezando por Xavi. El primer entrenador no solo se ha marchado expulsado tres veces este curso, sino que también ha recibido nueve tarjetas amarillas: cinco en Liga (Atlético, Las Palmas, Villarreal, Granada, Athletic y Atlético, nuevamente), dos en Copa (Barbastro y Athletic) y una en Champions. A su hermano Óscar le enseñaron la roja en Barbastro, a Sergio Alegre en Vallecas en la jornada 14, y a José Ramón de la Fuente contra el Athletic, en la 10. La calma no caracteriza precisamente al staff barcelonista cuando los partidos se revolucionan
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