El Barça de Xavi ha entrado en un bucle. En una dinámica negativa que sigue día tras día. La plácida victoria ante el Getafe fue la excepción de un círculo vicioso que preocupa, y mucho, a Joan Laporta y Deco, presidente y director de fútbol. No mejora el equipo y su imagen es triste. Los partidos del Barcelona parecen el día de la marmota y, una vez más, el técnico de Terrassa está con la soga al cuello. El partido de vuelta de los octavos de final de la Champions será, otra vez, decisivo para él.
Asegura Xavi que su decisión de renunciar al año de contrato que le queda a partir del 30 de junio fue muy acertada. Entiende que su anuncio ha restado presión a los futbolistas, pero el Barça no progresa. La convivencia en el vestuario se ha enrarecido, con jugadores que lamentan la decisión de su entrenador y otros que parecen haber desconectado totalmente.
Europa, la última esperanza
La Liga se ha convertido en una pesadilla para el Barça. Nadie cree en la remontada. En el milagro. A ocho puntos del Real Madrid, el equipo se ha dejado ir. En Bilbao, una vez más, fue superado por un Athletic más intenso que tres días antes había hecho un gran esfuerzo para derrotar al Atlético y clasificarse para la final de la Copa del Rey.
Eliminado de la Copa del Rey y fulminado por el Real Madrid en la Supercopa de España, al Barça solo le queda la Champions. Europa ha sido el escenario de las grandes pesadillas de los últimos años y en Montjuïc asumen que no hay plantilla para ganar el máximo torneo continental.
El coste económico
El Barça, sin embargo, se juega mucho en el próximo partido contra el Nápoles. Más allá del orgullo y de su imagen, muy deteriorada, el club perdería 15 millones de euros si el equipo de Xavi es eliminado en octavos de final. A principios de temporada se presupuestó que el Barcelona alcanzaría los cuartos de final.
Laporta, de momento, sigue sin mover ficha, pero no descarta nada. Tampoco Deco. Las tensiones de hace un mes se han calmado y tanto el presidente como el director deportivo podrían sentenciar a Xavi si el Barça cae eliminado. Se trataría, entonces, de buscar un golpe de efecto para provocar una reacción del equipo en la Liga.
Rafa Márquez, solución provisional
El Barça podría ascender a Rafa Márquez, entrenador del filial, hasta final de temporada. Sería el cambio más lógico, aunque desde el club ya se ha filtrado que el técnico mexicano no tendría continuidad en el primer equipo. Sería una solución de emergencia. Temporal.
Paralelamente, Laporta y Deco siguen moviendo los hilos para fichar al futuro entrenador del Barça. Hansi Flick sigue siendo el gran favorito por su gran año en el Bayern de Múnich (en 2020 ganó Bundesliga, Copa de Alemania, Champions, Supercopa de Alemania, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes) y porque está libre. Su representante, Pini Zahavi, es antiguo socio y buen amigo del presidente azulgrana.
Los consejos de Guardiola
Laporta ha pedido consejo a Pep Guardiola. Sigue sin convencerle para que regrese al Barça, pero el entrenador del Manchester City le ha recomendado el fichaje de Roberto de Zerbi, del Brighton. A Pep le gusta su apuesta por un fútbol ofensivo y su presión avanzado.
Deco, por su parte, considera que Luis Enrique sería el entrenador ideal para el Barça por su conocimiento del club y por su carácter ganador. Al director de fútbol le gusta el carácter competitivo del técnico del PSG y su fútbol más directo y vertical, pero igual de ofensivo, que el de Guardiola o De Zerbi.
Laporta contempla varios escenarios posibles. El futuro, como decía el cantante Joe Strummer, no está escrito. La delicada situación económica del Barça complica un poco más la toma de una decisión que marcará el futuro a corto y medio plazo del club.