Comida de conjura para empezar la semana en Can Barça. Tras un par de semanas muy convulsas en el primer equipo, habiendo perdido dos títulos --Supercopa y Copa del Rey-- y distanciándose del principal objetivo, la Liga, la plantilla blaugrana ha decidido juntarse este lunes para hacer piña.
Lo ha hecho en el domicilio de Robert Lewandowski, en un almuerzo conjunto que no ha contado con la presencia del cuerpo técnico, después de que Xavi Hernández anunciara el sábado que no seguiría a partir del 30 de junio.
Máxima unión en la plantilla
La barbacoa se ha celebrado en Castelldefels, después de que el anuncio del técnico culé haya dejado tocados a varios jugadores. Un golpe para el vestuario, que mayoritariamente confía en el entrenador y necesita reponerse cuanto antes.
Es en estos momentos cuando los más veteranos, como Lewy, deben mostrar su capitanía y carisma. Por ello el delantero culé ha querido reunir a todos los futbolistas en su casa, a fin de conjurarse para dar el máximo en la lucha por los dos títulos que quedan, y en los cuáles el Barça aún tiene opciones: Liga y Champions.
Mucho en juego para el Barça
Quedan cuatro meses de temporada, y hay que consolidar como mínimo la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones. Además, el objetivo será ir paso a paso en una Champions donde será clave eliminar al Nápoles en octavos, antes de poder aspirar a cotas más altas cuando se mejore la confianza.
En juego no sólo están el prestigio y la imagen del club, sino también el dinero. El Barça aspira a clasificarse para las próximas ediciones de Champions y Supercopa de España, además de para el Mundial de Clubes de 2025. Y a día de hoy, el equipo necesita un lavado de cara y un cambio radical para aspirar a ello.