El Barça tiene un problema con las jugadas a balón parado. Desde que Leo Messi hizo las maletas, el conjunto culé apenas ha conseguido marcar de falta directa excepto dos goles aislados de Ferran Torres y Raphinha. Al equipo culé, además, le cuesta tradicionalmente aprovechar el juego aéreo en los córners a favor. Y la tercera espinita blaugrana a balón parado, sin duda, son los saques de banda.
Cuando el conjunto azulgrana dispone de un saque de banda a favor, suele ocurrir que pierde la posesión del balón. La mayor parte de esas jugadas acaban en pérdida, algo que Xavi deberá trabajar con sus jugadores a lo largo del curso.
Saques de banda desperdiciados
Koundé es el encargado normalmente en el flanco derecho, pero la mayoría de veces se rifa el esférico y se pierde, desaprovechando así la ventaja. No es un drama y hay otros problemas que necesitan una solución imperante --como el descalabro defensivo--, pero es una cuestión que saca de quicio a cualquier entrenador.
El de Terrassa, al menos, pudo respirar este domingo con el hat-trick de Ferran Torres y el golazo de Joao Félix, que dieron a los blaugrana tres puntos de oro. Un triunfo que permite seguir soñando con la Liga, por muy complicada que esté a nivel de clasificación y de arbitrajes, cada vez más teñidos de blanco.
Una victoria para el optimismo
Si algo espera Xavi Hernández, independientemente de las opciones de ganar la Liga, es que la victoria en el Benito Villamarín mejore los ánimos y permita al equipo enlazar una racha positiva. No sólo en Liga sino también en Copa del Rey, con la eliminatoria ante el Athletic este miércoles.
Y, por supuesto, de cara al doble cruce de octavos de Champions League frente al Nápoles, de aquí a un mes. Paciencia y buena letra. Así es como Xavi y los suyos esperan superar, al fin, la crisis de juego y resultados de la presente temporada.