Xavi Hernández perdió por partida doble en Mestalla. El técnico del FC Barcelona acabó frustrado por la multitud de ocasiones que desperdició el equipo azulgrana para doblegar al Valencia. Este lunes 18 de diciembre, el Girona puede dejar a su vecino catalán a 9 puntos del liderato en Liga en caso de vencer al Deportivo Alavés. Para más inri, el entrenador del cuadro azulgrana perderá a una pieza clave para el último duelo antes del parón de Navidad.

Se trata de Frenkie de Jong, único apercibido del Barça que debía andar con pies de plomo en el campo valencianista. Pero la desesperación le jugó la mala pasada en un arrebato que expresó su impotencia. En el minuto 76, el mediocampista neerlandés recibió un pisotón por detrás cuando conducía el balón que Miguel Ángel Ortiz Arias ni siquiera señaló como falta.

Frenkie de Jong, con el balón en el Valencia-Barça FCB

Es más, el colegiado principal del partido ordenó que siguiera el juego, a pesar de que la entrada sufrida le había quitado la bota al jugador azulgrana. De hecho, incluso se había frenado en carrera a la espera de que el árbitro pitara la falta. En un gesto de furia, Frenkie lanzó la bota contra el césped delante de Ortiz Arias, que esperó a que se detuviera la acción para mostrarle la quinta tarjeta amarilla en lo que va de Liga. 

Pase de genio

Antes de la rabieta, De Jong se había destapado como uno de los factores desencadenantes del gol del Barça. Su pase de cuchara valió medio gol de Joao Félix. Raphinha tiró un desmarque interior en el área, y el cuarto capitán rebasó la línea defensiva che de un solo pase. En el mano a mano con el portero, el extremo brasileño eligió acertadamente un pase de la muerte que remató Joao Félix sobre la misma línea de gol. 

Así, el 2023 de Frenkie sobre el campo termina en el último empate, salvo que Xavi considere alinearlo en Dallas para el amistoso contra el América de México. En la última semana, se había puesto en duda el compromiso del jugador neerlandés por su baja de última hora en la convocatoria de Amberes debido a un proceso febril. Pero nada más lejos de la realidad. El técnico catalán perderá a uno de los faros que guía al Barça contra el Almería.

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