El FC Barcelona no estuvo a la altura contra el Girona. Xavi, tampoco. Pese a que la plantilla culé tiene un presupuesto 15 veces superior a la del equipo gerundense, la superioridad debía demostrarse también sobre la pizarra… pero no fue así. Los de Míchel se impusieron en un compromiso muy disputado, aunque fueron los visitantes los que tuvieron acierto de cara a puerta y generaron más peligro con el balón.
El arma principal de los gerundenses, de hecho, fue su profundidad por las bandas. Las dualidades Couto-Tsygankov por derecha y Miguel-Savinho por izquierda, con un nueve referencia como Dovbyk, hicieron mucho daño a la defensa azulgrana.
Las grandes claves de Míchel
El delantero ucraniano no sólo es un killer, sino que también combinó al primer toque con sus compañeros y generó espacios con sus movimientos de desmarque. Araujo y Christensen no pudieron pararle, de igual manera que Cancelo y Koundé, pese a las ayudas de los centrocampistas, no pudieron frenar a los hombres de banda.
La gran clave de Míchel fue Miguel Gutiérrez, entrando por el medio en diversas ocasiones pese a actuar de lateral izquierdo. Un futbolista capaz de atreverse, además, a regatear y disparar desde fuera del área.
También los centrales --Blind, David López y Éric García-- estuvieron muy rápidos e inspirados a la hora de salir desde atrás con el balón jugado. Aleix García e Iván Martín mantuvieron un nivel top en la sala de máquinas, tanto defensiva como ofensivamente. Y el Girona, por momentos, recordó a aquel Ajax de Erik Ten Hag que maravilló a Europa y a punto estuvo de colarse en una final de Champions.
Xavi, al rincón de pensar
Nadie sabe cuál es el techo real, por ahora, de este Girona. Lo que está claro es que Míchel ganó la partida táctica a Xavi Hernández este domingo, y que el de Terrassa deberá ponerse las pilas --junto con sus jugadores-- si desea aspirar a títulos de relieve esta temporada 2023-24. Míchel envió a Xavi al rincón de pensar. Buen juego, tensión competitiva y un fútbol que gusta a propios y extraños.