De nada sirve monopolizar las ocasiones de gol si el balón no entra en la portería. El FC Barcelona está sufriendo esta temporada 2023-24 uno de los pecados capitales en el fútbol de élite: la falta de efectividad, una losa demasiado grande para cualquier equipo que aspire a conquistar títulos al más alto nivel.
Nada menos que 31 lanzamientos dispuso el conjunto azulgrana contra el Girona. Tan sólo 11 de ellos a puerta, aunque sigue siendo una cantidad elevada. El amplio número de remates tan sólo sirvió para anotar dos goles, en un partido abierto que el Girona aprovechó para hacer lo que no hizo el Barça.
El problema del Barça parece crónico
"Si gana el Barça también habríamos dicho que hubiera sido justo, creo que hemos tirado 31 veces. Nos ha faltado efectividad y quizás los errores en defensa nos han pasado factura. Incluso al final a la desesperada hemos tenido el 3-3. Tienen una propuesta parecida a lo que buscamos nosotros”, lamentó Xavi ante los micrófonos de DAZN, justo después de que terminase el partido.
Además de los 11 lanzamientos dirigidos a la meta de Gazzaniga --muchos de ellos tímidos o forzados--, 11 tiros más se marcharon directamente fuera y nueve fueron bloqueados por la defensa, lo que habla muy bien del quehacer defensivo del Girona y muy mal del Barça a la hora de seleccionar los disparos.
Robert Lewandowski, Gundogan y Raphinha fueron los que más erraron, si bien es cierto que los dos primeros acabaron marcando. Pero el partido requería más pólvora, y el problema ofensivo del FC Barcelona va camino de convertirse en crónico. Cierto es que el verdadero obstáculo sería que los culés no dispusieran de ocasiones. Pero ya que las tienen, resulta imperante sacarles más jugo.
La efectividad que sí tiene el Girona
El Girona disparó siete veces a puerta y marcó cuatro goles. Algo que habla muy bien de los de Míchel, oportunistas como pocos, y muy mal de una defensa culé que hizo aguas por todos lados. El fallo individual de Christensen en el primer gol, la mala lectura y falta de contundencia de Koundé, De Jong, Araujo y compañía dejaron vendido a un Iñaki Peña que poco pudo hacer para salvar alguno de los goles.
Joao Cancelo, por cierto, desaparecido como siempre en defensa. Ya sea en banda izquierda como en derecha. Muchas cosas a mejorar para un FC Barcelona que, por fortuna, aún tiene tiempo de reaccionar.