El Barça está contra las cuerdas. Tocado y, casi, hundido. Xavi Hernández tiene muchos problemas por solventar. Su equipo es una caricatura del que la temporada pasada ganó la Liga. La presión alta de hace un año es una broma en el curso actual. En defensa, el Barça concede demasiado y ya ha encajado 18 goles en 16 partidos. El Girona, la gran sensación de la Liga, agravó todas sus carencias.
Xavi y Míchel Sánchez, técnico del Girona, hablaron de "pequeños detalles" para explicar la derrota barcelonista en Montjuïc. La realidad, sin embargo, fue mucho más cruel para el Barça. El equipo fue ambicioso y tuvo fases de buen juego, pero cometió errores de bulto. En algunos momentos, además, algunos futbolistas parecían destensados.
El Barça se encontró cómodo cuando tuvo la pelota. Igual que el Girona. La diferencia es que el grupo azulgrana tocaba y tocaba, mientras que su rival era mucho más directo. El contraataque rojiblanco fue la gran perdición para el actual campeón de Liga. Un campeón en horas muy bajas.
Los déficits del Barça
Míchel leyó perfectamente el partido y, sobre todo, los déficits del Barça. El Girona hurgó en la banda derecha azulgrana. Miguel Gutiérrez y Savinho destrozaron a Raphinha y Koundé. El lateral rojiblanco encontró una autopista en el tramo final de la primera parte. El segundo gol visitante fue una losa demasiado pesada para los barcelonistas.
Koundé estuvo blando y Christensen tampoco estuvo muy inspirado. Araujo tuvo mucho trabajo y Cancelo es un jugador más fiable en ataque que en defensa. En la segunda parte entró Balde, pero estuvo mucho más contenido que habitualmente. Jugó más centrado.
Faltan piezas y otras no encajan
El Barça también evidenció que sufre demasiado cuando debe correr hacia atrás. Nadie duda del talento de Gundogan, Frenkie de Jong y Pedri, pero los tres centrocampistas no mezclan bien. No aportan el equilibrio que necesita el equipo. Falta un Busquets. O un corrector. También Necesita Xavi que sus delanteros muerdan más cuando no tienen la pelota.
La realidad es muy cruel para el Barça. La temporada pasada recibió 20 goles en 38 partidos. Ahora ya suma 18 en 16. A Xavi le faltan algunas piezas y otras no encajan bien. El equipo transmite malas vibraciones y las urgencias son muy malas en un club ciclotímico por definición.
Xavi, con la soga al cuello
El Barça, hoy, es la viva imagen de su defensa. Es un equipo sufridor. Desbordado. Impotente. Laporta, de momento, pide calma, Deco prepara cambios y Xavi sabe que está con la soga al cuello. Así es el Barcelona, un club que arrastra una deuda de 1.200 millones de euros que está en manos del equipo. Y el equipo está hecho unos zorros. Mal asunto.