Un mal partido más del Barça tras la sorprendente victoria en Anoeta. Joao Félix ha intentado erigirse en protagonista de ambos partidos como factor ganador en ataque, pero se ha marchado de vacío. El atacante portugués ha echado mano de todos los recursos habidos y por haber. Incluso ha repetido la fórmula del piscinazo, que no surtió efecto contra la Real Sociedad al notar la bota del central rival.
Y tampoco ha colado en Hamburgo. Esta vez, ni siquiera ha habido contacto con el futbolista del Shakhtar. Mediante un reverso, el jugador de 23 se ha zafado de su marcador en el pico del área. Acto seguido, ha caído al suelo. Sin embargo, ni el colegiado bosnio Irfan Peljto ni la sala de videoarbitraje han señalado la acción como penalti.
El internacional portugués podría haber luchado la jugada en vez de dejarse caer a las primeras de cambio. Ha quedado plenamente demostrado que exagerar derribos no sale rentable. Pero los pupilos de Xavi Hernández andaban necesitados de ocasiones manifiestas de gol, y qué mejor que un penalti balsámico.