El Barça necesitaba una reacción en Hamburgo que nunca llegó. Antes de cumplirse la hora de partido contra el Shakhtar, el técnico Xavi Hernández ha buscado revolucionar el ataque con el empate entre ceja y ceja. Por ello, la primera ventana de cambios en el minuto 59 ha implicado la entrada de cuatro futbolistas de golpe. Sin embargo, la sustitución múltiple no ha surtido efecto ni sobre el terreno de juego ni en el marcador.
La pésima imagen ofrecida por la segunda unidad del FC Barcelona precisaba de movimientos en el banquillo. La banda izquierda del equipo azulgrana con Ferran Torres en el extremo y Marcos Alonso de lateral ha resultado inoperante. Del mismo modo, la presencia de Oriol Romeu en el centro del campo no ha ayudado en tareas de construcción. En general, el ataque del conjunto catalán ha brillado por su ausencia en el primer tiempo.
Los jóvenes
Estrellas con el rol de titular como Pedri, Alejandro Balde, Lamine Yamal y Joao Félix han cogido las riendas a partir del minuto 60. Aun así, la realidad es que el Barça ha culminado el duelo con un único tiro entre los tres palos. Y así, es todavía más complicado sacar adelante un partido.
Pedri ha tomado el mando en tres cuartos de campo a la par que Gavi ha retrasado ligeramente su posición a la base de la jugada. De todos modos, la defensa del Shakhtar se había hundido en su área y el resquicio en la telaraña ucraniana no ha aparecido, a pesar del cansancio del rival.
Dinamita en banda
La entrada de Joao y Balde por el costado izquierdo sí que ha obligado a los defensores del Shakhtar a un mayor esfuerzo de basculación entre ambos lados. El extremo portugués, que ha partido demasiado enganchado a banda, ha sido objeto de un posible penalti, que tanto el colegiado como el VAR en segunda instancia han desestimado. De todas formas, el refuerzo doble por la izquierda no se ha traducido en ocasiones.
Como tampoco ha podido marcar diferencias por la derecha Lamine Yamal, en sustitución de Raphinha. El equipo ucraniano ha sometido al joven extremo a dobles marcajes en todo momento. Si lograba desbordar a un primer futbolista, saltaba al cruce un segundo, y así sucesivamente. El Barça no ha conseguido aislar a sus extremos en situaciones de uno contra uno. Más allá de un cabezazo desviado y algún centro comprometido, la promesa de 16 años esta vez no ha sido decisiva.