El nombre de Lamine Yamal está lejos de pasar de moda en Barcelona. El extremo de 16 años, en etapa de primer año juvenil, ya disputa los partidos con el Barça como un titular habitual a las órdenes de Xavi Hernández. El técnico azulgrana no corre con el prometedor atacante, sino que premia su nivel de juego extraordinario. Los incontables regates de fantasía que llevan el sello de Lamine recuerdan a una mezcla de leyendas barcelonistas como Ronaldinho, Neymar Jr y Leo Messi.
Incluso ha venido como anillo al dedo porque el canterano de la Masía guarda sus parecidos a Ousmane Dembelé con el balón en los pies. El niño prodigio no esprinta con la punta de velocidad de su excompañero, pero sí que mejora su falta de puntería y su toma decisiones. A sus 16 primaveras, poco más se le puede pedir.
Toma de decisiones
Lo advirtió Xavi Hernández tras la exhibición de su nueva joya en el encuentro contra el Villarreal: "Me sorprende la edad, dices 16 años recién cumplidos y juega así... Además es que la toma de decisión siempre es la mejor, la más correcta, eso es algo diferencial en el fútbol y que lo consiga a su edad".
Un extremo ya consolidado en la élite como Dembelé ni siquiera mejora la capacidad de decisión en espacios cortos que sí exhibe Lamine. El mosquito desbordaba a sus marcadores por velocidad, pero una vez se plantaba en el área acostumbraba a fallar su lanzamiento o trazaba un pase defectuoso, fruto de la precipitación.
En cambio, frente al Sevilla, Lamine dejó dos acciones para el recuerdo. Primero, un pase con rosca a Fermín López --media asistencia-- en el corazón del área. En el segundo tiempo, tras zafarse de dos defensores mediante un doble recorte, puso un centro raso peligroso con caño incluido.
Comparaciones con Messi
En la previa contra el Oporto, equipo contra el que Lamine podría empezar de titular, el entrenador del Barça ha descartado las comparaciones con un mito azulgrana: "Ojalá Lamine marque una época, pero no le hacemos un favor hablando de eso y de comparaciones con Messi".
La precocidad es la seña de identidad de muchas estrellas que asombraron en el fútbol profesional desde su adolescencia. El astro argentino, con 16 años, se enfundó por primera vez la camiseta blaugrana frente al Porto en la inauguración del estadio Do Dragao, el 16 de noviembre de 2003. Ese descaro dificulta evitar las comparaciones entre dos futbolistas que comparten el brillo a una edad muy temprana.
Por jugadores como Lamine, que deja acciones para el recuerdo, el culé paga una entrada para disfrutar de un partido en el Estadi Olímpic Lluis Companys. Y pocos delanteros despiertan esa ansia en el aficionado. Neymar Jr y Ronaldinho llevaban la samba brasileña en las venas, y bailaban sobre el campo. Del mismo modo, el extremo de ascendencia marroquí levanta al barcelonismo de sus asientos, desde el flechazo a primera vista experimentado en el Trofeo Joan Gamper.
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