Joao Félix respira aire nuevo en Barcelona. Pero sobre todo, sonríe. Así lo atestiguan los tres goles y una asistencia en su haber durante sus dos primeros partidos oficiales en el Barça. Es más, ya ha firmado su primer récord como jugador azulgrana. El atacante portugués se ha convertido en el futbolista del club catalán que más veces ha abierto la lata en partidos oficiales.
Y es que sus goles señalaron el camino de la victoria en sendas manitas contra el Real Betis Balompié, y el Amberes belga. De momento, ningún otro futbolista esta temporada ha estrenado el marcador tantas veces a lo largo de los seis encuentros disputados. Lo más llamativo es que Joao Félix fichó por el equipo que entrena Xavi Hernández el 31 de agosto, y se perdió los primeros cuatro partidos de temporada. Aun así, ya destaca en sus registros.
Los 'abrelatas'
Hasta la fecha, salvo en el empate inicial de Liga contra el Getafe, el Barça ha marcado en todos los partidos. Pedri desatascó el gafe con el gol en la recta final del duelo frente al Cádiz (2-0), y Gavi se estrenó a las primeras de cambio contra el Villarreal (3-4).
Jules Koundé tuvo los honores al filo del descanso en el campo del Osasuna (1-2) antes del parón de selecciones. Sorprendentemente, Robert Lewandowski todavía no ha sido el primero en ver puerta en los partidos jugados hasta la fecha. El dato resulta curioso ante su racha goleadora de cuatro encuentros consecutivos anotando. Cuatro tantos y tres pases de gol en seis duelos disputados avalan el buen inicio del ariete polaco.
La incidencia de Joao Félix
El olfato goleador de Joao Félix salió a escena a las primeras de cambio en la goleada ante el Betis, ya de vuelta de la ventana internacional. Oriol Romeu encontró al atacante de 23 años mediante un centro al punto de penalti. El jugador en propiedad del Atlético de Madrid pinchó el balón, superó al portero, y sin ángulo estrenó su cuenta realizadora.
El primero de sus dos goles al Amberes nació de un pase filtrado por Ilkay Gundogan al pico del área. Joao olió la sangre, se perfiló con pierna derecha y dejó clavado al guardameta rival mediante un tiro raso al palo corto. A la hora de partido, el extremo internacional luso remató de cabeza un centro de Raphinha al segundo palo que cerró la manita.