Hay un cambio radical en el panorama del FC Barcelona. La encaminada salida de Ousmane Dembelé al PSG abre un nuevo abanico de posibilidades para el club azulgrana. Algunos más accesibles, otros más complicados. En ese último grupo se encuentra uno de los sueños imposibles de Xavi Hernández para el actual mercado de verano: Bernardo Silva. El talentoso futbolista portugués se mantiene entre las prioridades del técnico para potenciar a la plantilla.
Un sueño bastante difícil
Con la posible marcha del extremo francés, el Barça tendrá un margen de ganancia en el Fair Play de la Liga. Un ejemplo de ello es que si el traspaso de Dembelé se hace a partir de los 50 millones de euros de su cláusula (25 para el Barça y 25 para el agente), entonces el club generaría un total de 16,75 millones de margen para la masa salarial. Aunque la expectativa es que el monto sea superior por el interés del Paris Saint-Germanin de pactar el traspaso fuera de la mencionada cláusula.
Ese escenario es lo que hace soñar a Xavi Hernández de cerrar el fichaje de Bernardo Silva, uno de sus grandes anhelos desde la temporada anterior. El Barça ha seguido la pista al polivalente jugador portugués, que también se ha dejado querer fuertemente por los azulgranas. Si bien es cierto que la venta de Dembelé permite al club ganar cierto respiro económico, la realidad es que la operación con el Manchester City dependerá de otros factores.
Las claves para la llegada de Bernardo
En este sentido, lo único que podría acercar el fichaje soñado del egarense es que también se produzcan más salidas en el Barça, como es el caso de Clement Lenglet, Sergiño Dest o Franck Kessié. La directiva azulgrana espera cerrar cada una de esas operaciones para generar en torno a los 25-30 millones de euros para el famoso Fair Play. Aunque hay que dejar claro que una parte servirá para inscribir a los nuevos fichajes: Ilkay Gundogan, Iñigo Martínez y Oriol Romeu.
Por esa razón, la principal clave que permitiría ver a Bernardo Silva con la camiseta azulgrana es que el jugador acepte un salario bajo inicial y que ascienda con el pasar de las temporadas, tal y como hicieron con el contrato de Ilkay Gundogan. Pero eso no será lo único, debido a que también depende de las pretensiones del Manchester City para permitir la salida del portugués. Un cóctel de situaciones que evidentemente suponen un sueño casi imposible de cumplir, aunque el Barça tratarán de hacer cuentas hasta el final.