La venta de Dembelé genera 16,75 millones de Fair Play al Barça

Ousmane Dembelé se ha convertido en el nuevo protagonista del mercado de fichajes. La cláusula de rescisión que logró 'robarle' su agente a Mateu Alemany es muy golosa y ha llamado la atención de un PSG desesperado ante la más que probable marcha, o castigo, de Kylian Mbappé. No sería difícil intuir que Moussa Sissoko prefiere la pasta, mientras que Dembelé es quien, a priori, desea seguir a las órdenes de Xavi en Barcelona. 

La postura de Xavi es posiblemente la más clara de todas. La de Dembelé parece clara también, pero todo el mundo sabe que puede ser permeable, especialmente si el PSG le ofrece el doble de la ficha que percibe en el Barça. La postura del agente es más próxima a la salida del jugador, porque sabe que la mitad de la cláusula, 25 millones, van directos para su cuenta bancaria. ¿Y el Barça? ¿Qué quiere el Barça? La respuesta no está nada clara. En esta tesitura de graves dificultades económicas que atraviesa el club, cualquier venta que suponga hacer caja y liberar fichas puede verse con buenos ojos. 

El Barça se queda la mitad de la cláusula 

Es ahí donde radica el quid de la cuestión. Si Dembelé se va del Barça, el PSG tendrá que abonar los 50 millones de su cláusula de rescisión --que pasa a ser de 100 millones a partir del 31 de julio--. La mitad de los 50 kilos van para su agente, y la otra mitad va para el Barça. Esto significa que el club azulgrana podría utilizar 8,75 millones --el 35% de los 25 millones-- a efectos de espacio salarial para alguno de los nuevos fichajes. En teoría, y si el club consigue pronto los 60 millones pendientes de Barça Studios, todavía quedarían pendientes de inscribir los tres nuevos fichajes: Gundogan, Iñigo Martínez y Oriol Romeu. 

Por otro lado, con la salida del delantero francés, el Barça liberaría su ficha: 16 millones de euros brutos. Esto quiere decir que el club obtendría otros ocho millones de margen salarial para nuevos jugadores. La Liga permite a los clubes excedidos de su límite salarial, como es el caso del Barça, que utilicen el 50% de cada salario liberado para inscribir a los nuevos. Aunque sigan excedidos. 

Dembelé libera 16,75 millones 

Por lo tanto, si sumamos ambas cuantías, la conclusión es que Dembelé es, posiblemente, de los jugadores que puede generar más margen salarial al club en caso de salir. Si sumamos los 8,75 del 35% de su traspaso más los 8 del 50% de su ficha resulta un total de 16,75 millones de euros. Una cifra que el Barça podría utilizar para inscribir a dos de los tres fichajes. 

Hay que recordar que Gundogan ha llegado al Barça cobrando un salario simbólico de nueve millones de euros brutos, en un contrato ascendente que en realidad le garantiza una media superior, de unos 12 millones. Iñigo Martínez también se mueve en los mismos términos salariales, sobre los nueve millones. Oriol Romeu, por su parte, tiene una ficha mucho más discreta, sobre los cuatro millones brutos. En total, entre los tres, suponen un coste salarial de 22 millones el primer año. 

Por lo tanto, la salida de Dembelé permitiría inscribir, por ejemplo, a Gundogan y Oriol Romeu. Y todavía quedaría un poco. Faltaría liberar otra ficha para poder inscribir a Iñigo, que todavía está lesionado. Y la clave en ese sentido sería la venta de Franck Kessié, uno de los objetivos de Mateu Alemany para llenar las arcas. 

Otras salidas pendientes 

Además de estos dos jugadores, el Barça espera vender a Lenglet y Dest, otros dos jugadores que ayudan a rebajar masa salarial generando Fair Play. Por lo tanto, si se diesen todas estas operaciones, el club todavía estaría en disposición de traer a otro fichaje más. Xavi aspira a otro centrocampista y a un lateral derecho. 

En caso de que no salga Dembelé, el club tendrá igualmente la misión de vender algún delantero. Ferran Torres y Raphinha serían los principales candidatos. Xavi prefiere la salida del extremo valenciano, aunque el crack brasileño es el que tiene más mercado y podría generar más ingreso y margen salarial.