Nueve años de obras: el escenario real que las constructoras españolas predijeron al Barça con la reforma del Camp Nou

El FC Barcelona se encamina hacia los 10 meses de retraso en la promesa sobre el regreso al Camp Nou para el 125 aniversario de la entidad, en noviembre de 2024. El club azulgrana pretendía pasar una sola temporada de inquilino en Montjuïc, y ya encadena dos. La junta directiva encabezada por el presidente Joan Laporta incluso ha acordado con Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) la vuelta al Estadi Olímpic Lluís Companys hasta finales de febrero.

La faraónica construcción del Espai Barça se encamina hacia los dos años y medio de duración. Y los que quedan. Las previsiones iniciales sobre el calendario de las obras preveían el final de la remodelación en el estadio para agosto de 2026. El proceso se divide en cuatro fases, y ni siquiera ha concluido la segunda etapa. Los trabajos de Limak Construction en la primera y la segunda gradería tampoco han terminado. La constructora turca garantizaba una temprana reapertura del templo culé en año y medio, plazo que resultó ser una ilusión alejada de la realidad que sí predijeron las otras empresas licitadoras del concurso.

De 2027 en adelante

En junio de 2026 se cumplirán tres años del comienzo de las obras. Aún faltarán accesos pendientes de adecuar y otras infraestructuras como el aparcamiento, amén de dos piezas clave como la tercera grada y la cubierta semiabierta, la joya que coronará el estadio. Más allá de la velocidad con la que prosigan las obras, un imponderable como el estallido de una guerra o de una crisis económica que encarezca los costes de los materiales puede irrumpir en cualquier momento.

Laporta se refiere en sus apariciones ante los medios a los imponderables para justificar por qué no ha ejecutado hasta la fecha la garantía de un millón de euros por cada día de retraso en el proceso. Actualmente, la penalización aplicable ya rebasa los 300 millones. Inicialmente, Limak estableció la fecha límite para terminar la edificación en agosto de 2026. El retraso acumulado de 10 meses ya demoraría el final hasta junio de 2027. Se antoja complicado pensar que el estadio pueda estar terminado antes de 2028.

Seis años para el Bernabéu

Una reforma más enfocada en la cubierta y menos intrusiva como el Santiago Bernabéu sigue en pie, a falta de pulir detalles, seis años después de su pistoletazo de salida. El feudo blanco se benefició de la disputa de los partidos a puerta cerrada por las restricciones de la Covid-19. Sin público, se agilizaron las obras.

Una casuística excepcional que no se vislumbra en el Camp Nou, inmerso en un lavado de cara mucho más radical que, por lógica, debería abarcar más años. Por lo tanto, no sería tan descabellado que la reestructuración del recinto de Les Corts se alargara hasta las cinco o siete primaveras, entre 2028 y 2030, año que el Mundial aterrizará en España. Un horizonte más realista y semejante a las proyecciones de las constructoras que se quedaron sin ejecutar el proyecto.

Diferencia de plazos

Para empezar, el resto de pujantes ofrecían una vuelta a Les Corts a los tres años, es decir, de cara a la temporada 2026-27. La vicepresidenta institucional del Barça, Elena Fort, llegó a asegurar en un acto de la asociación Arquitectes x l'Arquitectura que las demás constructoras pedían nueve años para finalizar la reforma.

"Nos demandaban (el resto de licitadoras) un mínimo de nueve años de obras. Por tanto, la decisión de la junta directiva es que no podíamos asumir nueve años de obras, porque necesitamos el estadio rápido. Y la única empresa que cumplía los requerimientos es Limak", aseguró la directiva de la entidad catalana. Unas declaraciones que resultan llamativas, ya que la multinacional otomana proyectó acabar las obras en tres veces menos tiempo. 

Dos visiones distintas

A pesar de que los retrasos alargarán los plazos más de un año, el período de casi una década citado por Elena Fort concuerda más con el proyecto anterior, planteado por la directiva que presidía Josep Maria Bartomeu. En aquel entonces, para el diseño de la nueva estructura escogieron a los estudios Nikken Sekkei y Pascual i Ausió Arquitectes. Como el calendario no contemplaba la mudanza a otro estadio, el ritmo de las obras se preveía más lento, y su finalización oscilaba entre los siete y los nueve años. 

De la reforma integral y gradual de Bartomeu y sus camaradas, con el derribo y la reconstrucción completa de la primera grada, a la remodelación rápida y pragmática que propugnaba Laporta. El presupuesto del primer proyecto de todo el Espai Barça ya había escalado de los 600 a los 815 millones de euros por la inflación y las modificaciones del plan. Nuevamente, el importe se disparó hasta los 1.500 millones bajo el mandato de Jan, en plena crisis agravada por la pandemia del coronavirus. El coste de la reforma solamente del estadio sigue tasado en 960 millones.

Cambios en el proyecto

Nikken Sekkei sigue vinculado al proyecto en la actualidad, pero Torrella Arquitectura-Ingeniería y JG Ingenieros tomaron el mando en la dirección de la obra, en 2022. El plan anterior se ajustó con tal de ganar tiempo. La lluvia de 347 millones de ingresos anuales procedentes del estadio debía empezar a caer cuanto antes. Las bases del concurso para realizar las obras también cambiaron. Según varios medios, Limak Construction entró en el proceso de elección como empresa invitada tras la actualización de las especificaciones efectuada por la nueva directiva.

Entre las aspirantes, las constructoras españolas Acciona y Ferrovial presentaron una alianza denominada UTE (Unión Temporal de Empresas). FCC y Comsa tejieron otra asociación de empresas. Ambas candidaturas cumplían con las precalificaciones, antes de la inclusión de Limak Construction. La compañía turca carecía de experiencia significativa en el levantamiento de estadios de fútbol. 

Del año y medio a la realidad

Limak supo seducir a la plana mayor barcelonista mediante unos plazos exprés que el club de la Ciudad Condal necesitaba acuciantemente para generar nuevos ingresos. A la postre, las diferencias entre licitadoras se han estrechado. La constructora turca ya está más cerca de los tres años ofrecidos por sus rivales que del año y medio prometido.

Las actuaciones en la primera y la segunda gradería deben completarse todavía, antes de abordar la reconstrucción de la tercera grada, erigida sobre un edificio independiente de la estructura original. La directiva aprieta para conseguir la Licencia de Primera Ocupación otorgada por el Ayuntamiento de Barcelona cuanto antes, y el regreso al Camp Nou en plena temporada futbolística ralentizará el ritmo de la reforma. Más demoras y un escenario que cada vez se asemeja más a las proyecciones de las otras constructoras.