A finales de diciembre debía celebrarse en Miami el Barça-Atlético de Madrid de la jornada 18 de Liga. La patronal que dirige Javier Tebas, ideóloga principal del partido en Estados Unidos, había elevado la solicitud a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), pero el organismo no ha activado la petición al Consejo Superior de Deportes (CSD). Joan Laporta está a punto de quedarse sin un ingreso extra.
Es imprescindible pasar por todos los filtros para trasladar el partido de la Liga a tierras norteamericanas. Sin embargo, la Liga aún no tira la toalla y no oficializa su derrota burocrática. Los clubes siguen en silencio. No se manifiestan ni a favor, ni en contra de la celebración del choque en el Hard Rock de Miami.
La gestora, clave
Hay que recordar que la RFEF sigue sin un presidente electo. Funciona bajo la tutela de una gestora, un hecho que dificulta cualquier procedimiento. La entidad tiene una fecha prevista para las elecciones de la asamblea general: el próximo 25 de noviembre. Las de la presidencia, el 16 de diciembre.
Con tan poco tiempo de margen, la RFEF ni siquiera ha elevado la petición para llevar el Barça-Atlético a Miami. Los dos equipos, oficialmente, han callado. Pero las acciones hablan por sí solas. El club azulgrana no vende entradas para una jornada que debía celebrarse en el Estadi Olímpic Lluís Companys.
Los socios, indignados
Los socios abonados a la montaña mágica ya habían pagado por este partido, algo que había levantado la indignación de los aficionados. "No nos gusta. Y mucho menos el hecho de dejarnos sin uno de los partidos más atractivos esta temporada", sentenciaba el miembro de un grupo a Culemanía.
"No podemos perder partidos que ya tenemos pagados en el pase de Montjuïc, y más si es de los importantes", subrayaba otro socio. Veían al Barça capaz de entrar en razón: "Si lo tienen entre ceja y ceja es muy difícil que cambien de opinión". Al final, los abonados se van a salvar si nada cambia, gracias a que la RFEF no ha elevado la petición al CSD.