El FC Barcelona ha revitalizado las secciones. En una exhibición de orgullo y de compensación por el esfuerzo deportivo realizado, la junta directiva presidida por Joan Laporta ha apostado nuevamente por los deportes profesionales. El primer cierre de ejercicio con beneficios ordinarios en los últimos siete años tiene premio.
El tijeretazo de 16,2 millones de euros presupuestado para las secciones y la Masía en la temporada 2023-24 se saldó con una campaña en blanco del basket. La contención del gasto en la sección más deficitaria ha evolucionado hasta un repunte de la inversión. En total, el Barça ha incrementado 9 millones las partidas de los deportes profesionales para el curso 24-25. Solo el balonmano baja ligeramente.
El basket, en blanco
El Barça de basket ha sufrido la reestructuración más profunda, tras el fracaso deportivo del proyecto del mánager Juan Carlos Navarro. La apuesta por Roger Rimau, leyenda del club sin experiencia en los banquillos de élite, salió cruz. El presupuesto se desplomó de los 43,2 millones a los 32,7 kilos, es decir, prácticamente un 25%. El déficit se redujo hasta los 10,3 millones.
Se prescindió de referentes como Sarunas Jasikevicius, Nikola Mirotic y Cory Higgins, cuyos contratos ascendían a 18 millones anuales. Por contra, la disminución de las partidas desembocó en un año sin títulos en las vitrinas y una limpia en la primera plantilla. Empezando por la cabeza de Grimau y el resto del cuerpo técnico.
Fichajes de Navarro
En su lugar, llegó Joan Peñarroya, con trayectoria en equipos de la zona alta de la Liga Endesa como el Baskonia y el Valencia Basket. La bomba Navarro y el director deportivo, Mario Bruno Fernández, trajeron un fichaje de campanillas como el escolta Kevin Punter.
Además, se incorporó un refuerzo por posición: Juan Núñez para el base, Justin Anderson de alero, Chimezie Metu de ala-pívot y Youssoupha Fall de pívot más defensivo. La apuesta ascendente ha aumentado las partidas del baloncesto azulgrana 7,8 millones.
Premio al Femenino
La excepción de las secciones se llama Barça Femenino. A pesar del recorte generalizado, el equipo que dirigía Jonatan Giráldez el curso 23-24 se libró del tijeteretazo con un aumento de la inversión de 3,8 millones, hasta los 14,4 millones.
Tras convertirse en la única sección autosuficiente con 600.000 euros de beneficio y un póker de títulos inmejorable, la junta directiva ha dado continuidad al esfuerzo financiero. Renovaciones de pilares como Aitana Bonmatí, que ha revalidado el Balón de Oro, y Alexia Putellas, acompañadas de fichajes estelares como Ewa Pajor y Kika Nazareth. El desembolso prosigue su ascensión con una proyección anotada de 17,1 millones.
La Masía se recupera
En pleno apogeo del Barça de Hansi Flick, la Masía ha vuelto al eje de la planificación deportiva. Más allá del ahorro generado por la irrupción de nuevos talentos precoces, la institución catalana percibió 18,9 millones de ingresos por traspasos de jugadores de la cantera. De ahí que el déficit vaticinado en 21,2 millones se quedara en 'solo' 7,6 kilos.
El gasto en el fútbol base había retrocedido 4,7 millones en el ejercicio 23-24: de los 30,3 millones a los 25,6. Las salidas de Marc Guiu (6M), Chadi Riad (9M) y Estanis Pedrola (3M) reportaron un retorno de la inversión. Para este curso 24-25, con unos ingresos por traspasos previstos de 11,3 millones, el desembolso sube de nuevo 1,1 millones, a los 26,7 kilos.
El fútbol sala y el hockey sobre patines, dos equipos hegemónicos en España, sufrieron sendos años más complicados sobre el parquet del Palau Blaugrana. Los primeros pagaron el alud de bajas por lesión con sendas derrotas crueles en las semifinales de la Liga y la final de la Champions League. Solo pudieron alzar la Copa de España. En tanto, los segundos tuvieron que conformarse con la décima Liga en los últimos 11 años.
En los despachos del futsal, la inversión descendió unos 400.000 euros. El conjunto que ahora dirige Tino Pérez ha recuperado prácticamente los 5,7 millones de gasto de antaño y se sitúa en los 5,6 millones tras un crecimiento del desembolso de 300.000 euros. No así en el hockey, que mantuvo los 3,1 millones y vuelve a repetir gasto para el presupuesto 24-25.
El balonmano, excepción
La apuesta creciente en otros pilares como el baloncesto y el fútbol femenino se ha compensado ligeramente en el balonmano. El equipo que entrena Carlos Ortega replicó la hazaña de Aitana y Alexia y conquistó el repóker de trofeos. La inversión en el curso 23-24 salió a 10,5 millones, 1,4 millones más que el ejercicio 22-23 a pesar de despedirse de dos pesos pesados como Ludo Fábregas y Luka Cindric.
Para la vigente temporada 24-25, si la gloria nacional y europea no se repite con las consecuentes primas, el gasto se contendría 1,1 millones: de 10,5 millones a 9,4 millones. Con esto, con la mejor pareja de porteros del mundo hasta el adiós de Gonzalo Pérez de Vargas en 2025 y la salida de Emil Nielsen en 2026, todo es posible. No suena nada descabellado otro año hegemónico.
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