El Barça vive una realidad dual. Antagónica. Sufridor por su delicada situación económica, con una deuda bruta próxima a los 1.200 millones de euros, es uno de los clubes más globales. Su presidente, Joan Laporta, encontró alianzas en Estados Unidos para transformar el Camp Nou, que combinará pasado y futuro a partir de 2026. Será un estadio con una clara vocación comercial, parecido a las principales instalaciones deportivas norteamericanas.
Elena Fort, vicepresidenta del Barça, recalcó el lunes que el plan de explotación del futuro Camp Nou será muy distinto del modelo del Real Madrid con el Santiago Bernabéu. En el futuro podría acoger algún concierto multitudinario, pero solo de manera puntual, y apuesta por potenciar la oferta comercial.
Más restauración
"El nuevo Camp Nou tendrá muchos más puestos de restauración que en el pasado. Y tiendas de todo tipo", asegura una fuente del Barça a Culemanía. El futuro boulevard, de 360 grados, será uno de los grandes reclamos del nuevo campo, más parecido a los actuales estadios estadounidense que a los clásicos campos europeos.
Laporta, tal vez aconsejado en el pasado por Johan Cruyff, siempre se ha interesado por la vocación comercial de los grandes clubes europeos. Por la construcción de grandes estadios. Uno de los que más ha impresionado al presidente del Barça es el SoFi Stadium de Los Ángeles, con capacidad para 70.000 espectadores.
El SoFi Stadium de Los Ángeles
El máximo dirigente barcelonista quedó impresionado con el videomarcador de 360 grados del SoFi Stadium, imitado posteriormente por el Real Madrid. Laporta también soñó con un marcador parecido para el Camp Nou, pero descartó tal opción por su elevado coste. "No es rentable económicamente y los aficionados se despistan mucho", argumentó Fort.
El SoFi Stadium fue inaugurado el 8 de septiembre de 2020. Es decir, hace poco más de cuatro años. Costó 4.900 millones de dólares, unos 4.470 millones de euros. La reforma del Camp costará unos 960 millones si finalmente no se disparan los gastos. La diferencia es notable. Aún así, Laporta insiste en que "el nuevo Camp Nou será el mejor estadio del mundo".
El Camp Nou de Foster
Laporta ya quiso renovar el Camp Nou en 2006, pero el proyecto de Norman Foster, cifrado en 240 millones de euros, fue liquidado en 2010 cuando Sandro Rosell accedió a la presidencia del club. En 2021, y tras ganar las últimas elecciones, el actual presidente cambió notablemente las líneas maestras del nuevo estadio que diseñaron Nikken Sekkei y el expresidente Bartomeu.
La actual junta directiva optó por mantener la primera grada, con pequeños cambios, y derribar la tercera. Laporta apostó por crear dos anillos de palcos o asientos VIP y una tercera grada totalmente nueva y simétrica.
Los grandes cambios
El futuro Camp Nou tendrá 7.400 asientos VIP, ampliables hasta 9.400. También contará con 3.000 plazas de parking, 69 ascensores y 78 escaleras mecánicas. También tendrá un mirador de 360 grados y las 104.600 localidades estarán totalmente cubiertas.
El Barça calcula que ingresará entre 340 y 350 millones de euros por la explotación del Camp Nou a partir de 2026. Paralelamente, Laporta busca nuevos aliados para construir el nuevo Palau Blaugrana, con una capacidad mínima para 15.000 espectadores.
El futuro Palau Blaugrana
El futuro Palau también contará con asientos VIP y palcos. Su inquilino habitual será el Barça de basket, aunque Laporta quiere que acoja conciertos de grandes estrellas nacionales e internacionales. El coste del nuevo pabellón podría superar los 400 millones de euros y Laporta busca una multinacional que asuma una parte del gasto a cambio de su explotación parcial. Preferentemente, estadounidense.