Todo puede cambiar en un solo año. Los esfuerzos por renovar el equipo la temporada pasada no han servido para nada. El último verano de Mateu Alemany como director deportivo del FC Barcelona puede quedar en el olvido. El secretario técnico mallorquín dejó su puesto el 2 de septiembre. Joan Laporta, presidente del club, nombró a Deco, quien acompañó a Mateu durante las últimas semanas, como relevo en el cargo. El exagente de futbolistas está a punto de cargarse el último mercado de fichajes de Alemany, un hecho que ejemplifica la falta de un rumbo claro en la institución.
La temporada pasada el Barça se movió al filo del alambre. Sin nada de margen y con operaciones low cost, Mateu intentó reforzar el primer equipo con fichajes que consideraba necesarios y con otros futbolistas en los que Xavi Hernández insistía. Llegaron Ilkay Gundogan, Oriol Romeu, Iñigo Martínez, Joao Félix, Joao Cancelo y se pactó el traspaso de Vitor Roque. Hoy por hoy, solo tiene su futuro asegurado en el Barça el central de Ondarroa. Aunque dar algo por hecho en la tesitura actual del club es una frivolidad.
Responsabilidad compartida
El mercato del Barça ha implosionado en las últimas horas. De tal manera que, de los últimos seis fichajes, a priori solo quedará uno: Iñigo. La salida que está tomando forma durante los últimos días es la de Ilkay Gundogan. El centrocampista alemán fichó gratis por el club azulgrana, con un contrato de dos años y otro opcional. La incorporación fue muy celebrada. Fue trabajo de Mateu y Xavi. A día de hoy, con Deco en la dirección deportiva, se le empuja a una salida.
Gundo la acepta. No quiere ser un problema. El Manchester City ha iniciado contactos para intentar el regreso del mediapunta teutón. Desde el Barça consideran que la plantilla ha mejorado con la llegada de Dani Olmo y el progreso de los jóvenes, un hecho que habría quitado el cartel de indiscutible a Ilkay. A pesar de que Flick afirmó que su sensación era que Gundogan iba a defender la camiseta blaugrana este año, no desveló el contenido de una conversación privada que tuvieron el pasado jueves.
La realidad es que el objetivo del club es inscribir a Olmo y a algún fichaje más y, como no se han hecho los deberes en materia económica y el Barça no se ampara en la norma 1-1 de la Liga, está necesitado de salidas. Librarse del sueldo de Gundogan, 18 millones de euros brutos, daría margen suficiente para inscribir al delantero de Terrassa. Y el Barça no saldría demasiado afectado porque Ilkay va para los 34 años. Más vale pronto que tarde, pero se marcha un futbolista con ambición y autocrítica, mientras que otros se agarran a su contrato. Hace unas semanas, ni siquiera entraba en la cabeza del jugador la idea de abandonar la capital catalana.
Adiós definitivo a los Joaos
La segunda noticia es el adiós definitivo de Joao Félix del Atlético de Madrid. No entró en la convocatoria del Cholo Simeone para la primera jornada y el menino ha llegado a un acuerdo con el Chelsea. Saldrá traspasado a cambio de unos 50 millones de euros. Cancelo, a pesar de que hoy está más fuera que dentro del Barça, podría tener opciones de regresar en un posible trueque con Gundogan de por medio. Es la única vía que se abre. Laporta llegó a afirmar públicamente que quería a los Joaos de vuelta. No será posible traer a la pareja. Quizás solo a uno.
Porque Oriol Romeu, único futbolista por el que se pagó una cuantía, 3,4 kilos, ha hecho las maletas de vuelta al Girona. Fue un fichaje de consenso entre Xavi y Mateu al no poder incorporar un jugador de más caché y primordial para el pivote. Después de una temporada, ha dicho adiós al Barça. Como también lo hará Vitor Roque.
'Bye, bye' a 'Tigrinho'
El delantero brasileño ni siquiera está inscrito en Liga, en el intento del club azulgrana por apurar todo lo posible con el fair play. La apuesta por Roque fue de Deco, pero en las reuniones también estaba Mateu. Se pactaron 30 millones fijos más 31 en variables. Finalmente, fue inscrito en enero de la pasada temporada. Antes del cierre de mercado, el director deportivo portugués busca recuperar la inversión. El Real Betis busca la cesión de Tigrinho. El pasado lunes, Roque se reunió con los dirigentes del club verdiblanco.
El único superviviente es Iñigo Martínez. Y de milagro. Mateu y Xavi apostaron por el central vasco, que terminaba contrato con el Athletic. Hansi Flick insistió en su inscripción, que se hizo, prácticamente, sobre la bocina, unos días antes del Valencia-Barça. La situación podría ser totalmente diferente.
Vivir al límite
Si contamos todo el 2023, en la lista se podría añadir a Julián Araujo, un futbolista con quién el Barça sí ha hecho negocio y ha sido vendido por 10 millones de euros al Bournemouth. Incorporaciones como la de Marcos Alonso forman parte del pasado. También la de Franck Kessié, otro fichaje a cargo de Mateu. Los futbolistas que seguirán vinculados al Barça, cuyo traspaso es obra de Alemany, son Lewandowski, deseo de Laporta, Christensen y Ferran y Raphinha, anhelos de Xavi Hernández.
La realidad es que el Barça navega sin un rumbo fijo. Sobrevive y actúa según las oportunidades y no las necesidades. Obra según su economía. El caso Gundogan es ejemplo de ello. Este verano, a 20 de agosto, no renovar con Nike ni afianzar el accionariado de Barça Studios, filial digital por la que se deben percibir otros 60 millones, condena al club a vivir al límite. Con el agua al cuello.