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Víctor Font sigue ostentado el cargo extraoficial de opositor más agresivo --con permiso de Jaume Llopis-- contra Joan Laporta. El segundo candidato más votado en las pasadas elecciones a la presidencia del FC Barcelona, aglutinador de 16.679 votos, ha sido contundente, en su comparecendia de este jueves, al señalar al actual presidente como el principal "problema" del club, en lugar de ser la solución que debería representar. El consultor ha sido muy crítico con su gestión familiar del Barça, con el mal trato dispensado a las grandes estrellas históricas como Xavi, Koeman o Messi y con la ausencia de recursos para generar más ingresos que permitan tanto regresar a los niveles prepandemia como reducir la deuda y generar tesorería. No obstante, ha puesto el freno a la hora de poner en marcha la mal llamada moción de censura

Recogida en los estatutos del Barça como voto de censura, se trata de una herramienta que puede ser útil en el futuro. En este sentido, Font ha pecado de cierta ambigüedad y así se lo han hecho saber periodistas como el colaborador de Culemanía Santi Ovalle (SER) o David Bernabéu (Sport). Por un lado, el aspirante a la presidencia ha reconocido que no piensa interponer ningún voto de censura en estos momentos. Al mismo tiempo, ha confirmado que tampoco lo descarta más adelante. ¿Y cuándo lo haría? Font ha dejado claro que "solo si se demuestra que se han traspaso líneas rojas" como pudiera ser la comisión de una ilegalidad o cualquier acto que tenga visos de ser juzgado a nivel penal, como sucedió con el Barçagate, un caso que no ha prosperado en los tribunales. 

"Hay cosas que son inadmisibles"

"Yo no he dejado de trabajar desde las pasadas elecciones, tenemos muchos voluntarios, mucha gente que nos apoya y cuánto mayor sea el movimiento para el cambio, más posibilidades habrá de hacerlo real", asegura un Font esperanzado. 

En este sentido, el excandidato afirma que "los estados de ánimo en el Barça son un tobogán y el club necesita estabilidad". "La junta directiva ha resultado elegida y hay que darle estabilidad, pero es inadmisible que se hagan las cosas de cualquier manera y que cuando seamos críticos nos digan que somos enemigos. No, no somos enemigos. Yo soy partidario de usar el voto de censura cuando se crucen líneas rojas, como la comisión de un delito, por ejemplo", ha expuesto Font, dejando patente esa dualidad de motivos a favor y en contra del voto de censura. 

Voto de censura, en la recámara 

"Ahora no me estoy planteando una moción de censura", ha reiterado. Sin embargo, ha hecho especial énfasis en ese "movimiento para el cambio que debe crecer cada vez más". "El cambio tendría que haber llegado en 2021, pero desgraciadamente no pasó y todavía estamos sometidos al régimen de 2003. Estamos preparados para cualquier escenario, no podemos descartar nada, pero la moción de censura es un tema muy serio", ha confesado el empresario. 

Pep Guardiola, Gerard Piqué, Jaume Roures, Joan Laporta, Marc Ciria, Joan Camprubí y Víctor Font, protagonistas de las elecciones a la presidencia del Barça en 2026 Víctor Malo CULEMANIA

En relación a los movimientos a los que aludía Font, se refiere principalmente a otros opositores que han aparecido en público de forma discreta --Marc Ciria-- o que todavía no se han presentado en sociedad. El consultor ya se ha reunido con Joan Camprubí y han hecho cábalas sobre posibles alianzas. Por ahora, no van de la mano, pero van en la misma dirección. Font sigue trabajando para llegar a la junta directiva del Barça bajo dos premisas: no entrará a cualquier precio, pero su ego no es tan grande como para aceptar ser únicamente el número uno. En este sentido, ha recordado que ya ofreció una alianza a Laporta en 2020, pero el actual presidente declinó y dijo algo así como "el proyecto soy yo", en palabras del propio Font. 

"Mil millones de pérdidas acumuladas"

Cuestionado, desde Culemanía, sobre la situación económica del club, Font no se atreve a decir si el Barça está mejor ahora o hace tres años. "Por primera vez se ha reducido la estrcutura de gastos, gracias al gran esfuerzo del área deportiva, liderada por Mateu Alemany, que desgraciadamente ya no está en el club. Por lo tanto, este año estamos mejor que el año pasado, pero seguimos con 1.000 millones de pérdidas acumuladas, una venta de patrimonio que incluye una operación con un gran interrogante, que es Barça Studios, que podría hacer que patrimonialmente volviéramos a la casilla de salida... normalmente siempre digo que el Barça está peor que hace tres años, pero es cierto que esta vez no soy tan categórico porque han habido avances, pero la preocupación es máxima".

"No podemos decir que hemos salvado el club, porque savar el club no es cuadrar las cuentas vendiendo jugadores. Hasta que este club no tenga capacidad de generar 100 o 200 millones de caja cada año, no podemos decir que está salvado. Debemos 1.000 millones, pero ¿quién los devolverá? Damos patada y ya veremos en 2028. Pero en 2028 nos vendrán 800 millones de aquí, la refinanciación de allí... y el club sigue diciendo que 'hemos cuadrado las cuentas y que hay brotes verdes'... y la realidad es que el tren de alta velocidad puede estrellarse", zanja Font. 

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