La gestión de la continuidad de Xavi Hernández en el banquillo del FC Barcelona es una de las historias más esperpénticas que se han vivido en el club azulgrana en mucho tiempo. De ser ratificado por Joan Laporta a finales del mes de abril a ser destituido antes de la última jornada liguera para dar paso a la inminente etapa de Hansi Flick. Se trata de un giro de timón radical que todavía no tiene una respuesta oficial por parte del dirigente del Barça, teniendo en cuenta que el entrenador egarense no ha querido revelar los motivos públicamente.
La versión extraoficial que se filtró desde el primer momento a la prensa es que a los altos mandos del club azulgrana no sentaron bien las declaraciones del técnico en la previa contra la UD Almería. El discurso realista --y pesimista-- de Xavi sobre la plantilla para competir por los títulos no encajaba con el mensaje de la dirigencia. Sin embargo, hay muchas otras razones que se han pasado por alto y desde Culemanía os las podemos contar.
Hay vida más allá de Almería
Si bien es cierto que la previa contra el Almería fue una razón de peso para Jan de cara a reconsiderar su decisión inicial sobre el banquillo del primer equipo, la realidad es que hay otros detalles que dan un mayor contexto de lo que sucedió entre esas semanas de abril y mayo. Una espiral de situaciones que corresponden a la planificación de la plantilla y la imagen mostrada por el cuadro culé en las últimas jornadas de la competición nacional.
Por una parte, desde la vertiente de Xavi consideran que uno de los motivos que explica la destitución del cuerpo técnico es la planificación de la plantilla. Una vez ratifican al de Terrassa en el famoso pacto del sushi en casa de Laporta, el entrenador se reúne con Deco para trazar una hoja de ruta con respecto al equipo que quiere dirigir en la temporada 2024-25.
La polémica lista de bajas
La intención era mantener un bloque similar, pero luego Xavi hace entrega de una lista con las bajas que considera que son importantes. De allí salen nombres que se dan por sentados como Marcos Alonso --termina contrato-- y Oriol Romeu, pero también aparecen futbolistas que generaron polémica. En esos casos se encuentran Vitor Roque, Joao Félix y Robert Lewandowski, siendo este último el jugador que rompe todos los esquemas porque representa salir de tu gran estrella para buscar a una nueva en el mercado de fichajes.
A partir de ese momento se vuelve a generar un ambiente enrarecido entre el cuerpo técnico y la directiva del FC Barcelona. Desde el entorno del egarense creen que ese fue el punto clave que ha hecho cambiar el panorama con relación a la continuidad de Xavi y lo que a su vez provocó que se active nuevamente la estrategia del desgaste, donde el entrenador tuvo que batallar por su cuenta contra todo el foco mediático de su inminente destitución.
La decepción de Laporta
Volviendo a la noche del pacto del sushi, la versión presidencial es que Xavi afirmó que confiaba plenamente en la plantilla para competir por los principales títulos de la temporada, como es el caso de la Liga y la Champions League. Por lo tanto, no era necesario hacer grandes cambios, debido a que los pequeños ajustes como Alonso y Romeu estaban contemplados. Pero Laporta se llegó a sentir traicionado cuando vio que el técnico decidió incluir en la lista de bajas a Joao Félix, que siempre ha sido de su agrado, y a Lewandowski.
Tampoco hay que pasar por alto que entre esas potenciales salidas se habría incluido el nombre de Ronald Araujo por su alto valor de mercado. Una mención que hizo que el central uruguayo perdieran confianza en su entrenador. O también Pedri, cuyo rendimiento en el campo no ha logrado ser el esperado por las numerosas lesiones. En ambos casos se tiene en cuenta especialmente el factor económico.
En otras listas se ha hecho mención de Frenkie de Jong, aunque fuentes consultadas por este medio aseguran que siempre han defendido la continuidad del centrocampista neerlandés en el Barça. Lo mismo con Joao Cancelo, que ha sido del agrado de Xavi Hernández, a pesar de sufrir un bajón de rendimiento en el segundo tramo de la temporada. De modo que la decepción de Laporta con el de Terrassa se relaciona, sobre todo, a su intención de desprenderse en verano de Lewandowski.
París y el Bernabéu
Cuando Xavi decide anunciar su salida del Barça a finales de mes de enero, después de la dura derrota contra el Villarreal en Montjuïc, los altos mandos del club respetan dicha determinación y empiezan a preparse para el futuro del primer equipo. Pero el panorama cambió con la racha de 13 partidos invictos que sucedió entre febrero y abril, donde coincidió especialmente la sobresaliente victoria en casa del París Saint-Germain (2-3) por los cuartos de final de Champions. En ese entonces había algunas voces en la cúpula que vieron con buenos ojos mantener la apuesta del técnico egarense. De hecho, ya le hicieron llegar su voluntad de que continuase.
Sin embargo, la temporada se tuerce por completo con la eliminación en Champions contra el PSG y la derrota en casa del Real Madrid que sentencia la Liga. Dos golpes sucesivos en menos de una semana que resucitaron las dudas de Laporta, consciente de el equipo no compitió al nivel esperado. Esa naciente desconfianza se diluyó porque Xavi apeló al lado emocional del mandatario con su discurso. Algunas fuentes sostienen que Xavi metió mucha presión para seguir, hasta que sedujo al presidente. Jan cambió los planes y ratificó al entrenador, aunque el objetivo inicial era totalmente diferente.
La bomba estalla en Girona
Pero los problemas aparecieron nuevamente en el camino del Barça, cuando encajaron cuatro goles del Girona en Montilivi. Allí saltaron las alarmas en las oficinas de la entidad, por lo que activaron --otra vez-- la búsqueda de un nuevo director técnico. Esa serie de derrotas en Champions y Liga, las declaraciones de Xavi y la famosa lista de bajas, crearon un coctel explosivo que ayuda a explicar el giro de guion de Laporta de ratificar al de Terrassa a destituirlo. Todo en menos de un mes. Un cúmulo de despropósitos que no empañan las lamentables formas del club para con Xavi y que dejan como gran conclusión una realidad palmaria: nunca se debió celebrar su ratificación en abril con la segunda plaza en juego.