La búsqueda del 'nuevo Messi', un arma de doble filo para el Barça de Laporta
El riesgo que asume el club azulgrana con la necesidad de tener a un ídolo que porte el dorsal 10
17 marzo, 2024 01:36Noticias relacionadas
La huella de Leo Messi en el FC Barcelona es incalculable. Por más de una década fue el gran referente del club azulgrana, dentro y fuera de los terrenos de juego. Su impacto en términos de marca es una cuestión poco mencionada en el entorno culé, aunque es igual de importante que su influencia como jugador. Por esa razón, la directiva de Joan Laporta se ha esforzado mucho en tratar de llenar ese vacío.
Tras la marcha de Messi, la figura del dorsal 10 no ha tenido la misma representación. La apuesta de los altos mandos fue darle esa responsabilidad a Ansu Fati, pero las lesiones e irregularidad en el juego no le han permitido responder ante esa enorme presión. Con su cesión al Brighton se ha quedado sin usar el mencionado número en la temporada 2023-24, pero en el Barça quieren recuperar --en el corto plazo-- el impacto médiatico que representa.
El nuevo Messi en el Barça
Desde hace días ha rondado una información en la que señalan que el FC Barcelona está interesado en volver a sacar rédito económico del 10, teniendo en cuenta que es un dorsal con una larga tradición al ser usados por Diego Armando Maradona, Rivaldo, Ronaldinho y Leo Messi. La apuesta de Ansu Fati no ha resultado positiva para la junta culé, aunque no cierran la puerta a que otra joya del Barça pueda hacerse con esa responsabilidad.
La mayoría de las miradas al hablar del futuro 10 del conjunto azulgrana se posicionan en Lamine Yamal. La joven estrella, con tan solo 16 años, ha conseguido ganarse un lugar en el primer equipo. Su talento le ha permitido romper barreras de forma veloz, por lo que ya es visualizado como un candidato a llevar el mencionado dorsal. Sin embargo, la potencial estrategia de Laporta supone un arma de doble filo que puede pasar factura, tanto al jugador como a la entidad catalana.
El riesgo del dorsal 10
Culemanía pudo contactar con uno de los integrantes que formaba parte del área de marca del FC Barcelona en la anterior dirigencia. En este sentido, la fuente ha explicado que "el 10 tiene un elemento simbólico. Lo llevan los cracks mundiales. El que lleva el 10 es el líder del equipo, le refuerza el posicionamiento". Desde esa perspectiva, es lógico que el Barça se vea interesado en encontrar a un nuevo ídolo, debido a que ese dorsal implicaría que "se venderían más camisetas por ser el futuro líder".
No obstante, el hecho de considerar a Lamine Yamal como el encargado de portar ese número puede suponer un riesgo. La mencionada fuente señala que "el club tiene muchas prisas en encontrar el siguiente ídolo. Es algo que deberíamos haber aprendido de Ansu Fati". En este sentido, la principal preocupación que existe es que se repita el mismo escenario con Lamine Yamal, lo que provocaría que "el valor del 10 empiece a caer".
El precedente de Ansu Fati
Con la marcha de Leo Messi, el Barça decidió promover a Ansu Fati como el jugador encargado de seguir con la tradición del dorsal 10. Fue una decisión con una cuota de polémica, debido a los pocos años de experiencia del canterano en el primer equipo, aunque el potencial mostrado en su irrupción la élite le daba el beneficio de la duda. Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Las constantes lesiones han mermado al joven delantero, que prefirió irse al Brighton de la liga inglesa para recuperar su mejor versión.
El techo de Lamine Yamal apunta a ser superior, sobre todo por lo que ha demostrado con solo 16 años. Pero el hecho de darle la responsabilidad de portar el 10 por la necesidad de aprovechar el tirón mediático --venta de camisetas y acuerdos publicitarios-- de lo que representa históricamente ese número puede suponer un problema en estos primeros años en la élite de la joya del FC Barcelona.
Es importante recordar que Leo Messi empezó su etapa con el dorsal 10 a partir de la temporada 2008-09. En aquella época ya había cumplido los 21 años, por lo que tenía a sus espaldas varios cursos con el primer equipo. Ese es el camino que debe seguir el FC Barcelona, aunque la necesidad de mejorar los ingresos podría pesar mucho más en la balanza de la dirigencia azulgrana.