No queda ni rastro del organigrama que inició el segundo mandato de Joan Laporta en el FC Barcelona. El club se desprofesionaliza cada vez más, a medida que entran nuevas personas de confianza del presidente, carentes del currículum necesario para dirigir el mejor equipo del mundo. "El Barça tiene un problema de talento", asegura un exdirectivo a Culemanía. La salida de Eduard Romeu solo es la punta del iceberg de la fuga de directivos y ejecutivos.
En abril de 2023 --no ha llovido tanto-- el máximo dirigente de la entidad anunció con bombo y platillo que había acordado la financiación del proyecto faraónico denominado Espai Barça. Maribel Meléndez, directora corporativa, el propio Romeu, vicepresidente económico, y Manel del Río, director financiero, acompañaron a Jan en la rueda de prensa. Todavía no ha transcurrido un año desde entonces, y Del Río es el único superviviente de aquella mesa de altos cargos. En cuestión de semanas, el vicepresidente y la ejecutiva de mayor rango han saltado del barco.
El fin de los 'head hunters'
Los "motivos personales y familiares" copan las justificaciones que acompañan cada despedida/dimisión. En el caso de Romeu, una nueva aventura empresarial. Pero le siguen más de una veintena de renuncias en la plana mayor del club. Algunas, más mediáticas que otras. Pero Laporta no perdió a Messi solamente sobre los terrenos de juego. También sufrió la marcha del 'Messi de los despachos'. Ferran Reverter, del que varios exejecutivos hablan maravillas, ya había dado en el blanco en febrero de 2022, cuando puso a disposición del FC Barcelona su cargo de CEO.
El exdirector general disentía rotundamente con una política del departamento de Recursos Humanos alejada de los head hunters. Los cazadores de talento, en peligro de extinción, ya no reclutaban los mejores profesionales del mercado. "Se marchó Reverter, y la gestión del club derivó hacia el personalismo", lamenta un exejecutivo.
Y no solamente hablamos de dimisiones, porque el regreso de Joan Laporta en la presidencia supuso la purga de toda la herencia de Josep Maria Bartomeu. "Cuando yo estaba en el Barça nunca me impusieron a nadie. Cogí las personas más preparadas del mercado mediante head hunters. Ahora han echado fuera a todo el mundo que no fuera de su confianza", relata a este diario el mismo exalto cargo.
Falta de talento
Nada que ver con otros transatlánticos europeos como el Manchester City. Los citizens no solamente han reunido una constelación de estrellas dentro del Etihad Stadium. Para mantenerse en la cima, es menester una gestión económica sobresaliente, más allá de una inversión multimillonaria. Un exdirectivo del Barça ejemplifica en el equipo mancuniano el camino a seguir en los despachos: "El City ha conseguido aglutinar al mejor talento del mercado".
Laporta ya no se fía ni de su sombra. Sin embargo, la gestión de una empresa que deriva hacia una sociedad familiar ha desproveído de profesionales Can Barça. Un proceso de recuperación y crecimiento económico a largo plazo requiere de los talentos más preparados en los despachos. En palabras de personas que ya no forman parte del club, "actualmente ya no queda nadie contratado por sus méritos profesionales".
Barça Studios, caso paradigmático
De ahí deben nacer equipos consolidados a largo plazo. Y lo podemos observar en todas las áreas. Porque la nueva OTT, Barça One, sucesora digitalizada de la televisión del club, ya había tomado forma cuatro años atrás. El nuevo proyecto audiovisual producto de Barça Studios, sociedad otrora integrada en Barça Corporate, ya había cobrado la forma de Barça TV+. No obstante, el traspaso de poderes en 2021 diluyó la apuesta por la productora audiovisual.
Hasta que surgió la necesidad de vender patrimonio, y sin haberla potenciado lo suficiente. ¿Y por qué? Pues los impulsores de la rama audiovisual durante la etapa de Bartomeu hicieron las maletas. Se perdieron años de progreso porque llegó un nuevo equipo de profesionales a cargo de Barça Studios. De ahí que Barça One represente avances nimios respecto a Barça TV+, la primera 'nueva Netflix' lanzada por el club. Del mismo desuso en el que cayó la productora nacen las dificultades de vender el paquete de Barça Vision. La tasación de 400 millones de euros no convenció a los inversores.
La descapitalización de talento del FC Barcelona choca frontalmente con las previsiones de crecimiento. Una entidad anhelada de encontrar nuevos ingresos económicos con tal de enderezar el grupo requiere de tiempo y una estabilidad prolongada. El navío barcelonista está más cerca de la deriva que de la velocidad de crucero. Como considera un antiguo ejecutivo, la zozobra no cesará hasta que "los presidentes confien en los profesionales, en vez de querer solamente a sus amigos". Mientras eso no ocurra, la hemorragia de talento condicionará los resultados a largo plazo.
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