Hace casi tres años que Joan Laporta asumió el mando --por segunda vez- del FC Barcelona. El aniversario se cumple el próximo 7 de marzo, aunque las sensaciones actuales no invitan a pensar que será una celebración realmente positiva. A pesar de llegar con la energía y la ilusión de revertir la peligrosa dinámica del club, la realidad es que el proyecto liderado por el dirigente azulgrana hace aguas por todas partes. Tanto en lo deportivo como en lo económico.
El final de la temporada 2022-23 hacía pensar que el FC Barcelona estaba recuperando el camino de la competitividad, sobre todo por ganar de forma merecida la Supercopa de España y la Liga. Pero, en vez de avanzar en el proyecto deportivo, se ha retrocedido en términos de juego y resultados. El principal señalado está siendo Xavi Hernández por no devolver el primer equipo al camino de la consistencia, pero lo cierto es que Jan se mantiene como el gran responsable: no ha solucionado la crisis económica del club, no está consiguiendo nuevos ingresos relevantes, no predica con el ejemplo a nivel social para hacer justicia al Més que un club, no ha devuelto la excelencia al primer equipo y, obviamente, no pudo retener a Messi ni convencerlo de que volviese.
El primer equipo no levanta vuelo
La conformación de una plantilla con carencias en ciertas posiciones y las dudas del propio entrenador son las que dejan a Laporta en el foco de muchas críticas. Esa situación es lo que está provocando que en la parcela ejecutiva consideren realizar una nueva revolución en el próximo mercado de fichajes, en donde podrían salir varios pesos pesados del vestuario, incluyendo a Xavi Hernández.
Tampoco hay que olvidar que fue el propio Laporta el que expresó en sus primeros días como presidente que la derrota tendrá consecuencias: "Conmigo de presidente no hay temporadas de transición. Antes, si se perdía, no pasaba nada, pero conmigo perder tendrá consecuencias". Una declaración que está empezando a replicar con más fuerza la afición azulgrana, en especial por las dolorosas eliminaciones en la Supercopa y la Copa del Rey.
El no fichaje de Messi
Estos primeros tres años del segundo ciclo del abogado barcelonés siempre serán recordados por su decisión de romper con Leo Messi. En agosto de 2021, el presidente le comunicó a Jorge Messi, padre del futbolista, que no renovaría su contrato, como prometió en campaña electoral. Dicho fracaso se justificó en la delicada situación financiera del FC Barcelona, aunque al poco tiempo empezó a dispararse los gastos en los fichajes.
Ya en verano de 2023 se volvió a presentar la oportunidad de recuperar a Messi, aprovechando la finalización de su contrato con el PSG. El astro argentino reconoció que fue una posibilidad, pero las dudas en la directiva de Laporta le motivaron a tomar una decisión antes de que terminara el mercado de fichajes. De esa forma, son dos ventanas de traspasos en las que el dirigente no fue capaz de tener a la Pulga en sus filas, lo que habría representado un impulso en lo deportivo y en lo financiero.
El Barça vende su futuro
No solo lo deportivo está siendo una asignatura fallida para Laporta, sino también el área económica. La cúpula azulgrana decidió vender su futuro hace casi dos años cuando sacaron adelante la estrategia de las famosas palancas financieras. Hipotecaron el 25% de los derechos de televisión durante 25 años y el 49% de los derechos de Barça Studios. También tiene la autorización de los socios compromisarios para vender el 49,5% de BLM, el negocio encargado del retail y la venta de merchandising.
La activación de dichas palancas fue con el único objetivo de asegurar que el Barça pudiera competir en el corto plazo por los principales títulos. Esa inversión de 256 millones de euros --300 si sumamos las variables-- permitió que el equipo fuera capaz de ganar la mencionada Supercopa y la Liga del año pasado. El desmedido plan no ha logrado funcionar del todo, teniendo en cuenta que esta temporada se empiezan a agotar las opciones de ganar algún trofeo.
Curiosamente, la venta de Barça Studios ni siquiera ha logrado ser plenamente una realidad por los problemas que han tenido con los inversores. Inicialmente contaron con socios.com y Orpheus Media, pero ambas empresas cedieron un porcentaje para que otra compañía asumiera los gastos. En verano de 2023 surgió Libero Football, aunque los 40 millones de euros que debían pagar hace meses todavía brillan por su ausencia. Un problema que ha condicionado por completo la planificación de la plantilla del equipo de Xavi Hernández.
El futuro es incierto
Los próximos meses apuntan a ser complicados para el FC Barcelona. No hay certeza de que en verano se pueda cumplir con la necesidad de fichar aquellos perfiles que requiere la plantilla por los escasos avances en materia económica de la junta liderada por Laporta. Toda la esperanza de los altos mandos es que el nuevo Camp Nou pueda servir de motor para dar aire al proyecto y también a la espera de lo que pueda suceder con la Superliga, que puede inyectar una buena cantidad de dinero a las arcas del club.
Pero es precisamente la poca capacidad de control lo que hace considerar que el proyecto de Laporta hace aguas por todas partes. Han pasado casi tres años desde que el mandatario volvió a asumir el timón de la entidad azulgrana y la sensación es que todavía se encuentra esa incertidumbre de lo que va a deparar el futuro para el FC Barcelona.