El FC Barcelona celebró con un jolgorio durante la estancia en Riad el pase a la final de la Supercopa de España. Los vídeos del presidente Joan Laporta desmelenado en su máxima expresión después de vencer al Osasuna ya han dado la vuelta al mundo en las redes. Sin embargo, la cuesta en Arabia Saudí apenas ha empezado a empinarse. El Barça tendrá que defender su título en un clásico digno de final contra el Real Madrid. Y en un territorio que no hace tantos años despertaba hostilidad en el máximo dirigente azulgrana y sus allegados.
Pero la necesidad económica mueve montañas. Una década atrás, Laporta y caras conocidas como la actual vicepresidenta Elena Fort atizaba a la junta directiva de Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu por el acuerdo con Qatar Foundation que relegó a Unicef en la espalda de la camiseta.
Con esto, en el último año Jan ha convertido Oriente Medio en uno de sus destinos habituales por motivos de negocios. Ya sean a título personal o en clave Barça, espoleado por la falta de ingresos de la entidad, el presidente ha sustituido su enemistad con el golfo Pérsico por potenciales socios comerciales.
Periplo por el golfo Pérsico
A mediados de 2023, Laporta empezó su periplo por Oriente Medio con su visita al presidente de la federación saudí, Yasser Al-Misehal, en Riad. Unos días más tarde, el mandatario catalán aterrizó en Qatar, donde se citó con Abdullah Al-Attiyah, presidente de la multinacional Baladi Express. "Es mi primera vez en Qatar, estoy entusiasmado de estar aquí con mi amigo Abdullah Al-Attiyah, que me ofrece su amistad, estoy visitando la ciudad con él, hemos paseado por el centro comercial, que es como un palacio, y aprecio mucho su amistad", afirmó el directivo barcelonista en un vídeo grabado por el periodista Achraf Ben Ayad.
El trayecto ha culminado en el mismo sitio donde empezó. En un inicio de año convulso por el grave accidente de moto que sufrió su hijo en Bali, Jan Laporta, la eficacia del Barça contra el Osasuna le ha devuelto la sonrisa a Joan. Sin practicar un fútbol excelso, el equipo azulgrana dominó al cuadro de Pamplona durante la segunda parte en las semifinales de la Supercopa española. El desenlace está a la vista de todos, la estampa del president de festejo con la familia real saudí.
De enemigos a amigos
La parte negativa de tejer esas relaciones radica en la hemeroteca. Laporta puede quedar esclavo de sus palabras, pues Arabia comparte similitudes represivas con Qatar. Solo entre enero y octubre de 2023, la monarquía saudí ordenó la ejecución de 112 personas. La condición de ser uno de los principales países verdugos en el mundo contrasta con el intento de blanqueamiento mediante la inversión económica en la industria futbolística.
El FC Barcelona no deja de ser un ente que carece de responsabilidad pública y que puede obrar movido por la necesidad económica aunque presuma en sus estatutos de no tener ánimo de lucro. No obstante, sus dirigentes obedecen a la elección de los socios, los verdaderos propietarios del club. Y la consideración de Més que un club conlleva unas connotaciones éticas que ya habían desencadenado las críticas tras el pasado acercamiento a Qatar.
Recomendaciones anómalas
El Barça dels Valors tuvo que acudir a Arabia Saudí debido a fuerzas mayores, como el acuerdo forjado por Gerard Piqué y la Real Federación Española para la disputa de la Supercopa. Por ello, la entidad tuvo que desaconsejar a los aficionados desplazados al país evitar "el comportamiento indecente, incluyendo cualquier acto de carácter sexual".
Incluso el club advirtió de sanciones que chocan frontalmente con la diversidad que tanto han propugnado: "También pueden ser motivo de sanción las relaciones entre personas del mismo sexo y las muestras de apoyo al colectivo".
Por si esto fuera poco, la adaptación camaleónica del club catalán al clima y la cultura de Oriente Medio apenas ha reprimido la versión noctámbula de Laporta. El presidente luce animado y en su salsa fiestera en Riad como si se tratara de una de sus míticas juergas en Barcelona.