La Copa del Rey 2023-24 ha comenzado para FC Barcelona, Real Madrid, Atlético y Osasuna. Los cuatro equipos que disputarán la Supercopa de España afrontan, este fin de semana, la ronda de dieciseisavos de final del torneo del KO. Una competición que avanzará en gran medida durante este mes de enero --como es tradición en los últimos años--, y que puede permitir a los de Xavi acercarse a la consecución de un título de cara al mes de abril. Un trofeo más atractivo por el simbolismo y el prestigio que por el retorno económico, al no significar un ingreso sustancial.
El dinero que reparte la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para la Copa del Rey depende en gran medida de los ingresos audiovisuales. La Federación ingresa aproximadamente 33 millones de euros por la retransmisión del torneo, y según establecía el anterior artículo 8 del Real Decreto Ley 5/2015, un 90% de la recaudación --unos 29 millones-- se destinaba al fútbol profesional --Primera y Segunda--, mientras que el 10% restante era para los equipos modestos.
El formato que implementó Rubiales
Con la llegada del nuevo formato de la RFEF, implementado por el dimitido Luis Rubiales, se igualó el reparto de ingresos y se elevó hasta 40% el trozo del pastel destinado a la promoción del fútbol aficionado. Desde entonces, el porcentaje asignado a los clubes de la Liga de Fútbol Profesional se redujo a un 60%. Esta distribución a su vez, se dividió en un 90-10 a favor de las entidades de Primera División.
En cuanto al reparto del dinero por derechos audiovisuales, el 50% de lo recaudado por los equipos de Primera y el 70% de los de Segunda se distribuye equitativamente entre los participantes de cada categoría. Esto se traduce en un ingreso fijo de 445.000 euros para cada club de Primera, independientemente de la ronda en la que queden eliminados. Eso no se lo puede quitar nadie.
Porcentaje por rendimiento y objetivos
La cantidad restante se reparte de una forma heterogénea, en función de los premios por objetivos y el rendimiento de cada equipo en las últimas temporadas. Así se recoge en el Real Decreto, donde se toma en consideración únicamente a las entidades que disputen los octavos de final en las últimas cinco ediciones del torneo copero. La ponderación es la siguiente: un 2,5% del pastel para los clubes que accedan a octavos de final; un 6% para los que se clasifiquen para cuartos de final; un 9% para los semifinalistas, un 16% para el subcampeón y un 22% para el ganador.
El Real Madrid, actual campeón, ingresó un botín de 1,21 millones de euros como premio por levantar el trofeo, dejando de lado el fijo por participar en el torneo. Osasuna, que fue el subcampeón en la pasada edición, recibió 1,06 millones. Cifras minúsculas si se comparan con títulos como la Liga, donde el campeón se embolsa 60 millones, o la Champions League, cuyo ganador cobra alrededor de 100 kilos.
La Copa 'mola' para el fútbol humilde
Queda claro, en definitiva, que el botín económico de la Copa del Rey ilusiona más a los clubes modestos que a los grandes. Los equipos humildes que consigan avanzar varias rondas en esta competición disponen de ayudas muy atractivas para sanear sus cuentas y deudas. Aquí se engloba el programa de ayudas económicas Impulso 27, que la Federación destina para beneficiar a clubes de Segunda y Tercera RFEF.
En el caso de los primeros, cada equipo recibe una ayuda de 40.000 euros por jugar la primera ronda y se embolsa 35.000 euros más por cada ronda que avance, que se elevan hasta 45.000 euros si tiene que desplazarse para jugar la eliminatoria contra otro de la misma categoría. Por su parte, los de Tercera --ya eliminados-- recibieron 23.000 euros por disputar el primer partido y 35.000 por cada ronda que avanzaron. Una forma de nutrir monetariamente al fútbol español desde abajo. Y que provoca que, desde las alturas, clubes como FC Barcelona y Real Madrid se preocupen más por el prestigio del torneo que por el dinero que pueda generarles.