Resulta lógico que, en la víspera del Día de Todos los Santos, a Joan Laporta se le aparezcan los fantasmas. De puertas hacia afuera siempre se ha mostrado seguro de que el FC Barcelona saldría de la UCI, que remontaría su maltrecha economía para evitar una tumba en forma de Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Ante el barcelonismo, hay que mostrar una actitud fuerte y decidida. La realidad, sin embargo, no parece tan optimista. Varios números terroríficos amenazan a la estabilidad del club desde hace años, en una maldición que aún no ha terminado.
La deuda culé, una losa que da miedo
Así lo refleja la deuda acumulada. El vicepresidente económico, Eduard Romeu, analizó hace unas semanas el estado financiero de la entidad y reconoció, ante todo el mundo, la "gran losa" que arrastra el FC Barcelona: 1.200 millones de euros en pasivos, y que podrían haber sido muchos más si no se hubieran producido las palancas extraordinarias en los últimos ejercicios. Una cantidad, además, a la que habría que sumar el Espai Barça más los respectivos intereses.
"Debemos 1.200 millones, es una losa y nuestra obsesión y ocupación de los que estamos aquí. Hablar de cómo estaba el club cuando lo cogimos a cómo está ahora... No es lo mismo tener una deuda de 1.300 millones con un interés alto a lo que hay ahora. En mayo de 2021 no se podían pagar las nóminas", recordó el vicepresidente culé sobre la cifra negativa. De esos 1.200 millones de euros, 552 corresponden a la deuda neta del Barça.
La 'trampa' de los ingresos y gastos
Y de no ser por las palancas, el escenario sería aún peor. "Sin los derechos y sin Bridgesburg Investment, no habríamos hecho cargos que hemos hecho, como el Espai Barça o quitarnos mochilas de gastos que no estaban previstos. Habríamos estado en esos 200 millones de pérdidas recurrentes", añadió durante su exposición. No hay duda de que los beneficios récord de 304 millones en los últimos presupuestos, con unos ingresos de 1.259 millones y unos gastos de 1.165 kilos, tenían trampa.
Si se hace el cálculo con los ingresos y gastos ordinarios, cabe resaltar que el FC Barcelona ha perdido 305 millones --el resultado de restar 1.165 de gastos a los 860 de ingresos sin palancas--. Y si nos atenemos a lo que explicó Romeu, asegurando que se incluyó una mochila de 100 millones de gastos extra en este ejercicio, en realidad quedarían unas pérdidas ordinarias de 205 millones de euros.
Por desgracia, el club no contempla ningún incremento de ingresos ordinarios en el presente ejercicio 2023-24. Al contrario, se pierde un millón. Si en el curso pasado se reconocía haber facturado 860 millones sin palancas, para el nuevo balance se prevén 859 millones. ¿Por qué? Porque el club pierde ingresos debido al traslado temporal a Montjuïc (-78), aunque intenta suplirlos con nuevos sponsors. Y, sobre todo, con los 23 millones presupuestados por alcanzar los cuartos de la Champions.
Recortes generales y masa salarial
Otro aspecto destacable son los recortes. La partida de gastos cae de 1.065 millones ordinarios a 832 millones. Esto supone un tijeretazo de 233 millones de euros entre salarios de futbolistas, rescisiones de contrato --como las de Mirotic o Higgins en el baloncesto-- y una reducción en todas las secciones a excepción del fútbol femenino. Se han recortado, de hecho, 184 millones en la masa salarial deportiva, juntando el primer equipo con la inversión en el fútbol formativo y las citadas secciones.
El capítulo de los gastos polémicos
Por último, cabe echar una ojeada al capítulo de gastos polémicos. Y no sólo los 7,3 millones de euros del caso Negreira, que siguen dañando la imagen y el prestigio del club a cada novedad de la investigación. También se engloban ahí las comisiones desorbitadas, como los citados 5,9 millones del comité de dirección, o los 11,6 millones en comisiones a agentes de futbolistas y los 13 millones en operaciones de intermediación de sponsors. "Lo barato sale caro", intentó justificar Eduard Romeu a pregunta de Culemanía. Y a veces, puede que lo caro no sea lo ideal.