La presidencia del FC Barcelona ha sido, históricamente, un cargo muy deseado por la reputación de la entidad. Algunas campañas electorales han sido muy reñidas, con movimientos extraños. Tres son los casos más representativos de candidatos con opciones de ganarlas que se retiraron de forma sorprendente. O misteriosa.
En 1978, el Barça afrontó las primeras elecciones de la era democrática. El publicista Víctor Sagi era el gran favorito. Su principal rival era el constructor Josep Lluís Núñez, que finalmente se impuso a Ferran Ariño y Nicolau Casaus.
La renuncia de Sagi
Los sondeos daban ganador a Sagi. Sin embargo, el 13 de abril anunció su retirada del proceso electoral "en pro de la unidad". Pronto corrió el rumor de que el publicista era víctima de un chantaje con unas presuntas fotos comprometidas. El entorno nuñista, sin embargo, lo niega y recuerda que Sagi contaba con el apoyo de Jordi Pujol y era una persona muy tranquila que no estaba dispuesta a bajar al barro. Y optó por retirarse.
Sorprendente también fue la renuncia de Nicolau Casaus de abandonar la carrera electoral en 1965, en las elecciones que ganó Enric Llaudet.
El vicepresidente de Núñez y Gaspart
Casaus, vicepresidente del Barça con Núñez y Gaspart, entre 1978 y 2003, fue el directivo que mejor conectó con el mundo peñista. Normal. Él dirigió la Penya Solera, una de las más influyentes del club.
En las elecciones de 1965, Casaus tenía los avales necesarios para aspirar a la presidencia, pero se retiró de manera inesperada. Sus familiares aseguran que su decisión solo puede entenderse por motivos políticos, pues Nicolau estuvo encarcelado durante el franquismo.
El caso de Esteve Felip
Un tercer caso, mucho menos conocido, fue el de Esteve Felip, en 1952. En esas elecciones, su gran rival fue Enric Martí Carreto, que optaba a la reelección. Felip, gerundense, era un emprendedor de la época que ya había sido directivo durante la presidencia del marqués de la Mesa de Asta y tenía muy buena relación con la familia Gamper.
El 20 de mayo, justo 40 años antes de la primera Copa de Europa de Wembley, Feliz presentó 1.305 avales de los socios con el notario Ramón Faus, pero sorprendentemente, no fueron aceptadas. Y su retirada fue tan misteriosa como las otras dos.