La Grada d'Animació vivió sus mejores días hace dos años, cuando el Barça se proclamó campeón de Liga y Xavi Hernández expresaba ensalzaba su comportamiento en el Camp Nou. Ahora, el equipo azulgrana también manda en España, pero los grupos más entusiastas de la afición barcelonista están contra las cuerdas, en pie de guerra contra el presidente, Joan Laporta.
Las tensiones suben de tono semana tras semana y los asientos de la Grada estarán vacíos sine die si finalmente el máximo dirigente cumple su amenaza de prohibir su asistencia a Montjuïc mientras sus afiliados no abonen los 21.000 euros que reclama la entidad por las multas de la pasada temporada. El primer capítulo de la nueva guerra de Laporta puede vivir el primer capítulo este martes, contra el Brest.
La actual crisis de la animación del Barça viene de lejos. Como mínimo, de 2005, cuando Laporta expulsó a los Boixos Nois del Camp Nou. Desde principios de siglo se crearon nuevos grupos, escindidos de la peña ultra, como Front 532 (antes Supporters Puyol), Nostra Ensenya y Supporters Barça.
Cuatro grupos
La Grada d'Animació del Barça está formada por cuatro grupos independientes: los tres citados (Front 532, Nostra Ensenya y Supporters Barça) y la Penya Almogàvers, fundada en 1989, con un modelo de animación más italiano que inglés, y con evidentes simpatías hacia el Genoa.
Los cuatro grupos de la Grada d'Animació rechazan la violencia y los Mossos d'Esquadra prohíben la presencia de aficionados con antecedentes penales en dichos colectivos. La policía autonómica tiene un estricto control de todos los abonados desde su creación, en 2016.
Xavi y los futbolistas
El expresidente Josep Maria Bartomeu dio luz verde a la Grada d'Animació del Barça, recomendada por la Liga a todos los clubes de Primera División. En los ocho últimos años, el Camp Nou pasó de ser un estadio habitualmente frío a ser un campo caliente.
"El Camp Nou ha cambiado mucho desde que yo me fui como jugador, en 2015. Ahora se anima mucho más", destacaba siempre Xavi Hernández. El técnico de Terrassa alucinaba con el cambio. También los futbolistas y el mismo Laporta.
Menos asientos
El actual presidente del Barça, no obstante, nunca tuvo una buena sintonía con los grupos de animación. Tampoco la ha tenido con las peñas del club, que siempre habían tenido una gran complicidad con Josep Lluís Núñez como máximo responsable de la entidad
Los actuales problemas de Laporta con la Grada comenzaron la pasada temporada, con el traslado a Montjuïc. Aunque solo 17.000 socios renovaron su abono, el club recortó los asientos destinados a Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça. De los 1.300 del Camp Nou a unos 600 en Montjuïc.
La Champions
"Laporta prefiere turistas que abonados de toda la vida", denunciaron en la Grada d'Animació. El malestar subió de tono con la negativa del club de organizar vuelos chárters para los aficionados del Barça en los partidos de la Champions de la pasada temporada.
Los malos resultados del equipo azulgrana, la pasada temporada, tampoco ayudaron. Molestos con el trato recibido, algunos aficionados de la Grada cantaron el "Barça sí, Laporta no" que tanto molesta al máximo dirigente. Xavi, en cambio, era aplaudido en todos los partidos.
La bandera de Mónaco
Laporta puso la cruz a la Grada d'Animació y las hostilidades estallaron el día que el presidente reclamó los 21.000 euros con los que había sido multado el Barça por insultos de sus aficionados. "No fueron cánticos masivos, sino puntuales, y en algunos casos ni tan siquiera salieron los insultos de nuestra zona", replicaron Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça.
El Barça, por ejemplo, ha sido multado esta temporada por una bandera que exhibieron dos aficionados en Mónaco, con simbología nazi. "Flick heil", podía leerse en el estadio del Principado. No llevaba la firma de ningún grupo de la Grada d'Animació.
La respuesta de Fort
"Indigno. Vergonzoso. Asco y tristeza que alguien que dice querer al club actúe de esta manera. Todo tiene un límite. No se puede volver a repetir nunca más. Nunca más", escribió Elena Fort, vicepresidenta institucional, en su cuenta de X, molesta con una pancarta de simbología fascista. La bandera también sentó muy mal entre los abonados de la Grada por entender que la actual directiva podría utilizarla en su contra.
El conflicto, lejos de solucionarse, parece enquistarse. La Grada reclama una reunión con el presidente o un representante del club, pero Laporta se esconde. Las peñas temen que el presidente "quiera cargarse la Grada d'Animació" o crear una nueva grada, "con mucho más control de sus abonados".
El regreso al Camp Nou
"Las medidas de seguridad de esta temporada son mucho más estrictas que en el pasado y hay muchas dudas sobre el próximo regreso al Camp Nou. Solo sabemos que quieren habilitar la nueva Grada en el Gol Sur, pero no hay diálogo con la directiva", explica a Culemanía un portavoz de la Grada.
Este martes, a las 00.00 horas, vencía el plazo del club a los grupos de animación para que pagaran los 21.000 euros que les reclama Laporta. En caso de no abonarlos, como aseguraban los portavoces de la entidad, el presidente vetará su asistencia en todos los partidos que el Barça dispute en su campo.
La actual Grada d'Animació peligra. Laporta, que se llena la boca de "demócrata de toda la vida", no acepta la crítica, prepara el golpe definitivo a los cuatro grupos y estudia la creación de un nuevo colectivo mucho más afín y maleable.