Diez años sin Tito Vilanova. El 25 de abril de 2014 falleció el exentrenador del Barça en el Hospital Quirón de Barcelona, tras una recaída del cáncer en la glándula parótida que le detectaron en 2011. Su muerte conmocionó al barcelonismo y al mundo del fútbol en general. Una de las personas más afectadas fue Leo Messi, quien días antes había prometido a Tito que no se iría del club.
Tito Vilanova nació en Bellcaire (Girona) el 17 de septiembre de 1968. Como muchos otros jugadores con talento, ingresó en la antigua Masía del Barça, donde coincidió con Guillermo Amor, Albert Ferrer y Pep Guardiola, entre 1984 y 1989. Sus antiguos compañeros le recuerdan como un chaval tímido y cabezota. Estaba obsesionado con jugar siempre con un balón que debía estar perfectamente hinchado, aunque se tratara simplemente de darle unos toques, y por eso fue apodado como El Marqués. En la Salle Bonanova, mientras, aseguran que fue "un buen estudiante".
Persona de trato directo
Futbolista con más clase que combativo, Vilanova no llegó al primer equipo, pero sí jugó tres años en Primera División, con el Celta. "Tito Vilanova es un jugador fenomenal", cantaban en Balaídos, con la música de los Picapiedra. Era un jugador muy técnico, pero casi siempre jugó en Segunda División. Figueres, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y, finalmente, el Gramenet fueron sus otros equipos.
Persona tan futbolera como metódica y estricta, de trato directo, Vilanova nunca fue un gran conversador. Nunca le gustaron los fastos y vivió una de sus mejores experiencias como entrenador del Cadete B del Barça. En la temporada 2001-2002 dirigió a Gerard Piqué, Cesc Fàbregas y Leo Messi, un niño muy bajito y silencioso que se transformaba con una pelota en los pies.
El ayudante de Guardiola
Mucho más conocida ya fue su etapa como ayudante de Pep Guardiola, entre 2008 y 2012, en el primer equipo. En los cuatro años más gloriosos del club, el Barça ganó 14 de 19 títulos posibles. Entre ellos, dos Champions y tres Ligas. "Tito no era un segundo entrenador al uso. Era el gran ideólogo de aquel Barça, pero también era un técnico muy exigente. No era el poli bueno, pero era respetado por todos. Sobre todo, por Messi", comenta a Culemanía un técnico que trabajó con Vilanova.
Los cuatro años de Guardiola como máximo responsable técnico del Barça fueron muy intensos. Fueron cuatro años con dos presidentes: Joan Laporta y Sandro Rosell. Pep tuvo mejor sintonía con el primero y en 2012 no quiso renovar su contrato con el club. Alegó que se había "vaciado". En sus últimos meses tuvo varias discusiones con futbolistas como Messi y Piqué. El técnico de Santpedor, exhausto, optó por tomarse un año sabático. Tito no tenía tan claro su futuro.
La apuesta de Zubizarreta
Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo del Barça, apostó fuerte por Vilanova como relevo de Guardiola. "Necesitamos implicación, calificación, compromiso y personalidad para estar en el Barça", argumentó Zubizarreta en una reunión con Pep, quien inicialmente dio su visto bueno al ascenso de su compañero. En frío, en cambio, la apuesta de Zubizarreta disgustó a Guardiola y la amistad entre ambos se resintió.
Vilanova aceptó el mayor reto de su vida. A partir de entonces, sería un personaje público y tendría una notoriedad con la que debería convivir. Como ayudante de Guardiola solo tuvo un gran protagonismo el día que José Mourinho, técnico del Real Madrid, le metió el dedo en el ojo en la final de la Supercopa de España de 2012. Un año después, su Barça se proclamó campeón de Liga, para frustración del técnico portugués y del club madridista.
La Liga de los 100 puntos
El Barça ganó la Liga 2012-13 con gran autoridad. Fue la Liga de los 100 puntos, máxima anotación del equipo azulgrana en toda su historia. El Real Madrid, segundo, acabó con 85 puntos. Tito contó, desde el primer día, con la complicidad de Messi, Xavi, Piqué, Iniesta y Víctor Valdés, y la primera vuelta del Barça fue casi perfecta: 18 victorias y un empate. Es decir, 55 puntos de 57 posibles.
El barcelonismo disfrutó con el equipo, pero sufrió ya por Vilanova. A finales de 2012, el técnico tuvo una recaída. El maldito cáncer le apartó del día a día. Estuvo más de tres meses de baja y reapareció el 2 de abril. El Barça se proclamó campeón de Liga, pero fue zarandeado por el Bayern en la Champions, con una derrota global de 7-0 que hizo mucho daño.
Encuentro con Guardiola en Nueva York
Sandro Rosell, entonces presidente del Barça, mantuvo su apuesta por Vilanova como técnico del primer equipo. "Está totalmente curado", argumentó Rosell, tras los últimos controles a los que se sometió Tito. En julio, retomó el mando del equipo, pero el 19 de julio tuvo que abandonar el club. El cáncer, otra vez, se había reproducido y el club contrató al Tata Martino.
Tito inició entonces su última lucha contra una enfermedad cruel. En Barcelona le recomendaron que se trasladara a Nueva York, donde se sometió a un tratamiento muy agresivo. Allí, curiosamente, se había trasladado Pep Guardiola con su familia durante su año sabático. Las dos familias coincidieron en el hospital en el que estaba ingresado Vilanova, pero el encuentro fue frío. Distante.
La gran discusión
Pep y Tito, Tito y Pep, grandes amigos desde que coincidieron en la Masía hasta junio de 2012, ya no lo eran en los peores momentos de Vilanova. E incómodo le resultó a Cristina Serra, la pareja de Guardiola, un encuentro casual con Montse Chaure, esposa de Tito, en Central Park. Allí, Montse le dijo de todo a su antigua colega, muy dolida por el comportamiento de su familia.
Tito y Montse regresaron a Barcelona. En sus últimos días de vida, Vilanova tuvo algunas visitas, pero poco trascendió de su salud. Especialmente emotivo fue su encuentro con un Messi dispuesto a irse del Barça porque no se sentía valorado en el club. Tito le pidió un último favor y Leo aceptó. Gracias a esa conversación, el crack argentino siguió en el Barcelona y lloró desconsoladamente durante la ceremonia religiosa que se celebró por el fallecimiento del técnico.
Una gran obra sin acabar
Vilanova falleció el 25 de abril de 2014. No pudo escribir su gran obra, porque Tito pudo haber sido el Bob Pasley del Barça. ¿Y quién fue Pasley? Fue el sustituto de Bill Shankly, el técnico más venerado del Liverpool, que ganó seis Ligas y tres Copas de Europa, entre otros títulos, con el club de Anfield. "Con Tito, el Barça podía haber escrito otro capítulo glorioso de la historia del Barça. Lo tenía todo para triunfar. No tenía el aura de Guardiola, pero era un gran teórico del fútbol y un técnico muy perfeccionista. Y los jugadores creían en él", sentenció Zubizarreta, el ejecutivo que gestionó con gran sencillez el relevo más complicado de la historia del Barça.