El FC Barcelona sucumbió ante el París Saint-Germain en Montjuïc, tras jugar con un hombre menos algo más de una hora. Luis Enrique, esta vez sí, superó a Xavi Hernández con su planteamiento de partido. Flotó a Ronald Araujo en salida de balón y pesionó de manera insistente durante todo el encuentro. Y el entrenador de Terrassa no supo montar un equipo competitivo con un jugador expulsado.
Lucho, como él mismo afirmó en rueda de prensa, se fue muy alegre tras lograr la clasificación a las semifinales de la Copa de Europa: "Me siento contentísimo, mi equipo ha estado en todo en el partido. En la primera acción que el Barça llega al área una jugada de Lamine Yamal termina en gol. He tenido el mismo sentimiento de la ida, no merecíamos ir perdiendo. A partir de ahí el equipo ha seguido creciendo, hemos estado soberbios en la presión. El resultado es justo".
Luis Enrique, eufórico
El cuarto gol del PSG dio por acabadas las esperanzas del Barça por intentar conseguir el empate en el resultado global de la eliminatoria. Y Luis Enrique celebró el tanto de forma desmedida. Un gesto que ha molestado a muchos culés y que recuerda a cuando Mourinho saltó al césped cuando el Inter de Milán logró superar al Barça en el Camp Nou.
Muchos culés en redes sociales se han mostrado dolidos por el gesto de Luis Enrique, delante de la que un día fue su casa, el Barça, tanto como entrenador como futbolista. Les cuesta imaginar, por ejemplo, a Pep Guardiola haciendo lo mismo. La celebración, en cambio, ha sido motivo de alegría de muchos madridistas, que han aprovechado la secuencia para reírse de la eliminación del equipo de Xavi.
"Duele jugar contra el Barça"
Al término del partido, Luis Enrique afirmó que no le ha gustado competir contra su exequipo: "Qué difícil ha sido jugar contra el Barça. Hablo del plano emocional, sentimental. He tratado de controlar al máximo las emociones, pero he hecho en cada momento lo que consideraba oportuno y lo que sentía. En el plano emocional espero no jugar muchas más veces contra el Barça". Los gestos no casan con sus palabras.