El pasado 28 de mayo se ha convertido en una fecha histórica dentro del FC Barcelona. No solo por tratarse de la despedida oficial de leyendas como Jordi Alba y Sergio Busquets, sino también por el adiós momentáneo del Camp Nou. El recinto azulgrana presenció el último compromiso antes de pasar por el proceso de remodelación, lo que impedirá que se vuelva a jugar allí hasta, mínimo, noviembre de 2024. Ante esa situación, la afición del Barça quiso llevarse un pedazo de historia del estadio, aunque las barreras de la dirigencia culé impidieron que fuera más lejos.
Se trataba de una situación que estaba prevista por la directiva culé. La vicepresidenta institucional del Barça, Elena Fort, expresó en su última comparecencia ante los medios de comunicación que estaba prohibido quitar los asientos del estadio durante el partido contra el Mallorca: "Los socios tendrán muchas posibilidades de tener el Camp Nou en su casa pero no se podrán llevar su silla".
Sin embargo, la advertencia de Elena Fort no sirvió de mucho, debido a que varios hinchas intentaron sacar las butacas con la intención de llevárselas como un recuerdo a sus respectivos hogares. Al igual que otros objetos que forman parte de las instalaciones.
Emociones desbordadas
En las redes sociales se han compartido diferentes vídeos que demuestran el excesivo esfuerzo de algunos aficionados del Barça en sacar sus respectivos asientos. Una tarea que no fue para nada sencilla, debido a que cúpula del FC Barcelona se preparó para esa situación. Primero al apretar las diferentes localidades del recinto y también ofreciendo una seguridad extra a la salida de la infraestructura, lo que complicó mucho a aquellos espectadores que sí consiguieron arrancar las butacas.
Según pudo saber Culemanía, la seguridad se mostró bastante contundente contra varios integrantes de la Grada de Animación. Su objetivo era llevarse un trozo de la historia del Camp Nou, pero la seguridad se encargó de confiscar la mayoría de los objetos. Aunque las fuentes consultadas por este medio aseguran que unos pocos sí lograron cumplir con su objetivo, tanto con unos pocos asientos como en elementos de menor importancia tipo carteles o señalizaciones que se ven dentro del estadio.
El relato de un socio
Quim Molins, reconocido socio del Barça en las redes sociales y militante del grupo Un Crit Valent, llamó poderosamente la atención a pocos días del enfrentamiento contra el Mallorca. En su cuenta de Twitter compartió una imagen que se hizo viral en pocos días, en donde expresó que "ya tengo la llave inglesa preparada por la silla. Llevo pagados miles y miles de euros por ella, y ahora no vendrán a hacerme pagar un euro por ella". Una publicación que vino acompañada de una curiosa fotografía junto a la herramienta en cuestión.
El socio conversó con Culemanía para detallar su experiencia en la despedida del Camp Nou: "No me lo pude llevar. Estaba vigilado por varias personas de seguridad en la segunda gradería. Parecía complicado sacarlo. Mi intención era sacarlo, no romperla. Ni lo intente, porque cuando vi el sistema, seguramente estaban atornillados". Además, añadió que "yo no vi a las personas sacar los asientos, solo vi algunas imágenes en tele. Lo que sí pude ver fue que sacaron un cartel, pero nada importante. Habían requisado a unas cuantas personas a la salida".
El Barça quiere hacer negocio
La determinación de Quim Molins, además de los numerosos aficionados del Barça que buscaron llevar un recuerdo del Camp Nou, responde al plan del FC Barcelona de hacer negocio con los diferentes elementos del estadio. La entidad azulgrana anunció, a través de un comunicado, el plan denominado como memorabilia, en donde los socios y socias barcelonistas tendrán prioridad en la adquisición de algunos objetos del recinto, como puede ser el caso de asientos, césped u otros elementos.
Las fuentes consultadas por este medio aseguran que ese plan podría reportar unos ingresos mínimos de cinco millones de euros tan solo por las butacas, por lo que sí tomamos en cuenta los demás elementos la cifra sería mucho mayor. La situación financiera de la entidad ha forzado a la directiva a contemplar diferentes vías de negocio, aunque la emoción desbordada de algunos aficionados ha chocado por completo con esas estrategias.