Meritxell Aulinas: “No existe una conexión entre los episodios eruptivos simultáneos en Europa"
La experta en petrología de la UB señala que la erupción del volcán de La Palma es similar a las erupciones que dieron lugar a la Zona Volcánica de la Garrotxa
26 septiembre, 2021 00:00A las 15:12 hora local del domingo 19 de septiembre entraba en erupción la zona de Cabeza de Vaca, en la isla de La Palma (Canarias). Desde entonces, la naturaleza, feroz, se abre paso en forma de ríos de lava, arrasando con todo a su paso. Hoy, más de 6.000 vecinos han sido evacuados de sus localidades y más de 400 propiedades han quedado sepultadas por una masa viscosa de roca y fuego, que surge de lo más profundo del volcán y que avanza lenta pero inexorablemente a más de 1.000 grados de temperatura.
Pese a reconocer lo impactante de las imágenes y lamentar los daños que conlleva la erupción, para los expertos, lo ocurrido estos días en la isla de la Palma no es nada extraño, sino más bien todo lo contrario, puesto que La Palma, junto con el resto de islas canarias, es una isla volcánica activa. Sin embargo, aunque que se trata de la misma tipología de volcán --monogenético con erupción fisural-- de tipo estromboliana que los que se encuentran en la Garrotxa, Meritxell Aulinas, especialista en petrología y geoquímica, y profesora agregada de la facultad de Ciencias de la Tierra de la UB, subraya que es muy difícil que se produzca un nuevo episodio eruptivo en Cataluña, aunque no del todo descartable.
Descartado un episodio volcánico europeo
El hecho de que la última erupción en la Zona Volcánica de la Garrotxa tuviera lugar hace entre 10.000 y 12.000 años, lo sitúa en el límite temporal para ser considerada una zona volcánica activa. “Las fisuras están selladas, lo que significa que en el hipotético caso de que hubiera una nueva erupción, se abriría una nueva fisura, la cual conllevaría un nuevo edificio volcánico”, explica.
Preguntada por si la erupción canaria podría originar un escenario eruptivo simultáneo en Europa, Aulinas responde que es un hecho común que en Europa y en otras muchas partes del mundo existan volcanes en erupción simultáneamente. “Cada día hay erupciones volcánicas y cada volcán tiene su propia historia: que tu tengas una erupción en Islandia, en La Palma o en el Etna, no significa que exista algún tipo de vínculo entre ellas porque son fenómenos naturales independientes”, argumenta.
Algo “normal” para los especialistas
Si bien la especialista en petrología y geoquímica adelanta que se considera “normal" la erupción de La Palma, si se tienen en cuenta las características volcanológicas del lugar, la edad de la isla y su historial eruptivo: “Partimos de la base que son islas oceánicas volcánicas, que se forman por la generación de magma”.
No obstante, este conjunto de islas se desmarca de los contextos principales en los que se forman volcanes: dorsales oceánicas y zonas de subducción. Según detalla, las Canarias se encuentran en un contexto de intraplaca --dentro de una misma placa tectónica-- en contraposición a lo que ocurre en la mayoría de volcanes de la Tierra, que emergen en los límites entre estas.
Juventud y occidentalismo
Además, reconoce que, aunque el archipiélago atiende a la condición de volcánico, existen varias hipótesis sobre el origen de su vulcanismo. Con todo, avanza que prevalece el consenso científico al afirmar que se debe a una anomalía térmica que se origina en el manto de la Tierra. A todo ello, la erupción de La Palma lleva implícitas otras consideraciones que tenerse en cuenta: la geolocalización en la parte más occidental y la juventud de la isla juegan un papel fundamental para entender este episodio eruptivo.
“En los últimos 10.000 años, etapa más conocida como holoceno, las erupciones volcánicas tanto en El Hierro como en La Palma han sido frecuentes en buena medida debido a su juventud”, apunta, la experta. De hecho, los datos revelan que el territorio palmero, de apenas 2 millones de años, es el que más erupciones ha experimentado desde el siglo XV. Más antiguas son las islas de Lanzarote o Fuerteventura, con cerca de 25 millones de años cada una.
Erupción de tipo fisural
Para la experta, cuando se habla de erupción de un volcán se da por sentado de forma errónea que el magma se expulsa por un único punto. No obstante, el caso de La Palma o los episodios eruptivos que se dieron en la zona de la Garrotxa sirven para contradecir a esta falsedad y presentan un modelo eruptivo fisural. ¿Pero qué se entiende por ello?
“Las erupciones fisurales vienen precedidas por la formación de una fractura más o menos lineal y discontinua en el terreno por donde el magma es expulsado. Pueden formarse una o varias bocas eruptivas, las cuales pueden mantenerse en el tiempo o concentrase en un número más reducido de salideros de magma”, detalla.
Estrombolianas
En este sentido, concreta que la erupción de La Palma es una erupción típicamente estromboliana, lo que significa que no conlleva una altísima explosividad, “pero sí la suficiente como para que haya emisión de lava y piroclastos, es decir, fragmentos de magma emitidos en la expulsión”. Según su tamaño, estos piroclastos se clasifican en tres estados: ceniza, lapilli y bloques o bombas. Por el momento, los tres se pueden encontrar en la erupción que nos ocupa.
Con todo, la experta lanza un mensaje de tranquilidad al asegurar que este tipo de erupciones no tienen nada que ver con la virulencia que presentan las de tipo Pliniano, como la que sepultó Pompeya (Italia). Remarca, también, que uno de los mayores riesgos que existe ahora mismo en La Palma es la lava: “Estamos ante un tipo de lava 'A’a', un tipo de lava de composición máfica, es decir pobre en SiO2, relativamente poco viscosa”. Esto junto con el enfriamiento de la lava a medida que desciende y sortea los obstáculos, ralentiza su avance. Si al inicio de la erupción parecía que la lava iba a llegar al mar, ahora, se pone en duda.