La ciudad de Pompeya sigue guardando secretos ocultos

Pompeya es uno de los pocos rincones del mundo antiguo que quedan en el mundo. Descubierta el 23 de marzo de 1748, la ciudad romana enterrada bajo las cenizas del Vesubio durante varios siglos ha sido una fuente de información en lo relativo a esta época pasada, gracias al buen nivel de conservación que tienen la mayoría de los restos encontrados. Aunque ya son muchos años trabajando en la zona, todavía hay secretos escondidos bajo la ceniza, siendo el último de ellos un fresco del mito de Narciso.

Se trata, según han comunicado desde la propia organización de Pompeya, de "una sensual y elegante habitación” que se ha encontrado en las excavaciones de la zona Regio V. Otro fresco hallado meses atrás, el del mito de Leda y el Cisne, fue el primer hallazgo que marcó el camino de este lugar, situado en el atrio de la lujosa casa romana.

Los tesoros de Pompeya

“La belleza de estas habitaciones, que ya se había hecho evidente con los descubrimientos iniciales, nos hicieron modificar el proyecto y continuar la excavación para sacar a la luz tanto el cuarto de Leda como el atrio de detrás”, ha comentado el director, Alfonsino Russo, en unas declaraciones recogidas y compartidas por la misma organización. La excavación no termina con este descubrimiento, y se seguirán buscando nuevos tesoros escondidos entre las ruinas.

El alto grado de conservación, con los colores de las paredes prácticamente intactos, así como los adornos florales, hizo que se centrase la atención sobre esta parte de la excavación. Incluso se puede observar el hueco de una escalera que, presumiblemente, daría al ático de la vivienda. El fresco de Narciso, aunque tenga algunas carencias de pintura, muestra el cuerpo idílico que se describe en la historia para este joven. A sus pies está el lago donde se quedó prendado de su belleza con el reflejo, acompañándole Eros y un perro.